Por Catalina Martínez
Por primera vez en décadas de existencia, se viabilizará a niñas que habitan en la Casa Hogar “San José” de Tulancingo, con una exposición pictórica en el Centro Cultural Ricardo Garibay.
Este evento que pasará a la historia, se debe a la iniciativa de una joven estudiante de diseño gráfico, nacida en Tulancingo, Galilea Lases Vargas, divertida, risueña, emprendedora y humana, orgullosa de ser scout, ahí aprendió su sentido de servicio y de vida, también de donde surgió el programa que la llevará a obtener su insignia final en el clan y buscar la mundial “Mensajeros de la paz”.
Sus papás Diana y Alfonso desde jóvenes fueron parte del escultismo; Galy ingresó hace cuatro años, a los 16, al Grupo I “San Luis Rey”: “trabajamos en proyectos como el económico, viaje y de servicio; fui invitada por una amiga a un evento que hacen los benefactores para las niñas de Día de Reyes, me la pasé muy padre, hablando con las hermanas (religiosas) me dijeron de una actividad como un campamento, ya que a las niñas les gusta convivir”.
Los proyectos para ganarse su insignia deben desarrollarse apegados al plan de vida, al perfil: “voy en quinto semestre de diseñadora gráfica, me ha gustado todo lo del arte y pintura, a futuro quiero aprender museografía, curaduría, montar exposiciones”.
Pensó en hacer comunidad junto con sus hermanos scouts: “mi intensión siempre fue que las niñas se sintieran integradas, valoradas, empoderadas, visibilizadas, así como explorar si alguna de ellas tiene habilidades artísticas”; tuvo una plática con ellas para que supieran de artes visuales, animación digital, en lo que se pueden desarrollar y son buenas, Galy lo logró junto con otras más que mostraron su talento.
Participaron 25 niñas, la más pequeña de cinco años hasta de 14, con quienes hizo una actividad motivadora basándose en el Libro de las Tierras Vírgenes que es de donde se toma la mística de la sección de lobatos; fue un sábado, acompañada de su grupo scout instalaron una carpa, sentados en el piso, les dio material y los dotó de una máscara de lobo, para que todos fueran iguales y se integraran como una manada, también los benefactores, religiosas y más personas se pusieron a pintar.
Galilea entre planeación, logística, protocolos de seguridad, invirtió unas 60 horas; se le hizo que le aceptaran que la exposición fuera en el Centro Cultural, ya que su intensión primordial era presumir las obras en Tulancingo: “podremos apreciar su visión de la hermandad, la ley scout y su mística, algunas plasmaron lo que les representa la amistad, total 41 obras”.
Para la “clanera” su sentir es de felicidad, realizada: “me llenó el corazón totalmente, tengo ganas de seguir haciendo servicio, no sólo con las niñas, con la infancia que está muy abandonada”.
Su invitación a nuestros lectores: “hagan estas actividades de servicio, a lo mejor no a gran escala, en su vida en cada aspecto, que otras cosas artificiales no lo van a hacer nunca, tales como ayudar al prójimo sin esperar nada, que conozcan a los scout que es un movimiento mundial que te hace crecer mucho como persona”, y claro a que visiten la exposición. ¡Scout, siempre, listos para servir!