Queda mal ante ixmiquilpenses, el síndico procurador jurídico

Regresa al cabildo tras acreditar su nuevo bar.

Por Arturo González Alanís

Faltando sólo dos meses para concluir la administración municipal de Ixmiquilpan 2021-2024, no ha cumplido con su palabra ni promesas –y lo más seguro es que ya ni le dará tiempo de hacerlo-, el síndico procurador jurídico, Carlos Eduardo Portillo García, con origen en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero que desde hace más de un año se declaró “independiente”.

En inicios de dicho Ayuntamiento, en julio del 2021, en calidad de dirigente del PRI local y ya como síndico, Carlos Portillo prometió a militantes y simpatizantes tricolores: “No estarán solos, porque contarán con un digno representante en la Asamblea municipal”; esto, ante el arribo de la alcaldesa emanada del PT, Araceli Beltrán Contreras, hoy en día morenista.

Por aquellos días, además, el mismo Portillo García pregonaba que en su nueva responsabilidad edilicia representaría “una oposición fuerte, dentro y fuera de la Asamblea Municipal, que habrá de velar por las necesidades de todas las comunidades barrios y colonias ixmiquilpenses, siempre buscando en cada acción justicia social”.

Después de eso, en diciembre del 2021, alardeó que obligó a la alcaldesa que le entregara periódicamente información relacionada con nómina, ingresos propios y egresos de la administración municipal, por determinación del Tribunal Electoral del Estado de Hidalgo (TEEH), donde inició el juicio TEHH-JDC-145/2021-INC-1, ante seguidas negativas de Araceli Beltrán.

Con dicha acción legal a favor, Carlos Portillo prometió que pondría “a disposición total” de los ixmiquilpenses aquella información, “para consulta y a fin de promover la transparencia y rendición de cuentas”, presumiendo además que su trabajo “será detectar anomalías, hacerlas saber a los responsables y realizar las acciones legales que correspondan”.

En medio de tales aseveraciones, sobrevino una serie de problemas sociales, reflejados en seguidas manifestaciones de protesta en contra de autoridades locales, por incumplimiento de compromisos, a la par de sumirse la localidad en un ambiente de violencia e inseguridad, por causa de diversos actos delictivos, que reavivaron la intranquilidad de ixmiquilpenses.

A la par se registró un despilfarro de recursos públicos, en improductivos viajes al extranjero, adquisición de parque vehicular con costo presuntamente elevado, compra de un inmueble a precio exorbitante, que según serviría para construir oficinas de la policía municipal pero del que hasta la fecha ni siquiera han presentado un proyecto, además de desconocerse montos de ingresos propios y su destino, entre muchas otras joyas más.

Ante ese tipo de dudosos manejos del erario, entre los que tampoco han hecho público el informe financiero de la feria del 2023 y el usufructo de unos locales comerciales aledaños al Mercado Morelos, Carlos Portillo optó por guardar silencio, faltando a su palabra y sin cumplir con su promesa de ventilar pública y jurídicamente las probables anomalías.

En junio 2023, el síndico jurídico fue blanco de duras críticas al interior del PRI local, porque dio la espalda y renunció a las filas de ese partido pero en actitud ventajosa negó separarse de ese encargo popular, al cual accedió merced al apoyo de militantes y simpatizantes de ese instituto partidista.

Lo mismo, se ganó el repudio de importante número de locatarios del Mercado Municipal José María Morelos, en junio del año anterior, porque fue uno de los munícipes que votó a favor de destituir al dirigente de ese centro comercial e imponer un nuevo administrador, lo cual además costó a Portillo García que lo tildaran de “traidor”.

Ya en este año, casi a mediados de marzo, pretendió desconocer a la alcaldesa suplente, Cristina Torres Labra, en su afán de imponer en ese encargo al secretario municipal, Juan Jesús González Ramírez, coincidentemente incondicional de Araceli Beltrán, quien por aquellos días gozaba de licencia temporal en su fallida candidatura para diputada federal.

De ahí, a principios de abril, por desconocidos motivos solicitó licencia temporal como síndico jurídico, por 30 días, notificando al Ayuntamiento pero sin hacerlo público, especulándose que buscaría ser candidato a presidente municipal por Movimiento Ciudadano o el Partido Verde, lo cual no ocurrió.

Lo cierto fue que Carlos Portillo se dedicó de tiempo completo a sus negocios personales, en específico a promover y acreditar su nuevo restaurante-bar, ubicado en la comunidad de San Nicolás, desconociéndose la forma en que consiguió la licencia correspondiente, dejando latente un presunto conflicto de interés.

Entre tanto, nuevamente sin avisar de manera pública, Carlos Portillo dio por concluida su licencia temporal, hace poco más de una semana, reintegrándose como síndico jurídico y negándose a renunciar a su salario mensual de 52 mil pesos, en la recta final del Ayuntamiento 2021-2024, cuyos integrantes de la Asamblea Municipal presuntamente se pretenden aprobar un jugoso bono “por productividad”.

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