Jaime Rodríguez, la Vida de un Compositor Musical

Por Catalina Martínez Duarte

“Si de noche brillan todas las estrellas, la señora luna ríe con todas ellas, canta el pajarito, calla el ruiseñor, vela el tecolote, duérmete mi amor”, es la letra de una canción de cuna, la primera inspiración de quien partiendo de su paternidad lo llevó a hacer sus propias composiciones, hasta ahora incontables, 70 registradas y grabadas que se pueden oír en los canales digitales.

En 1965 la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) instituyó el Día del Compositor, el 15 de enero fecha con la recuerda su fundación en 1945; por ello a manera de homenaje, ya que en su lugar natal y estado ha pasado desapercibido; a quien piensa y ha vivido en favor de que la música y el canto hagan una cordial y feliz convivencia entre los seres humanos.

Jaime Antonio Rodríguez Castillo quien se llama orgullosamente nacido en Tulancingo, graduado en dos profesiones Músico Litúrgico organista y en canto Gregoriano egresado del Instituto Pontificio de Música Sacra y Profesor de Educación Musical Escolar del Conservatorio Nacional de Música, que ha ejercido durante 60 años.

Por gusto personal y también herencia importante ya que su papá Enrique Rodríguez Ocádiz fue organista de la ahora Catedral Metropolitana de Tulancingo por 65 años: “nos dejó en libertad de elegir nuestras profesiones, cuando le dije que era la música fue mi primer respaldo, instructor cercano y querido”, recuerda emocionado.

Interpreta del órgano tubular y acordeón por pasatiempo, como profesor de enseñanzas musicales escolares, desde sus inicios su intención fue encausar en el sentido artístico estético a niños y jóvenes; en instituciones oficiales, privadas de todas partes y en clases particulares, sus alumnos que se pueden contar por miles, entre ellos están los del dueto Río Roma José Luis y Raúl Castro”: “eran unos niños de ocho años, ellos son muy gentiles dicen que los inspire y los enseñé, yo les digo que ya tenían su talento”; comenta con una modestia propia de su personalidad.

Como parte de su formación académica hizo todos los ejercicios que en materia de composición tenía que cumplir en su escuela “más una gimnasia que algo creativo”; después de titularse fue una profesora que lo increpó para que hiciera una canción de cuna, en especial porque en ese tiempo había nacida su primogénita, hace 50 años.

“Me hizo unas líneas, pero no me llegó, decía capullito de rosa, hasta que tuve la inspiración, se convirtió en el arrullo de mis cinco hijos y ahora de mis nietos”, comenta, quien tienen una voz que puede ser envidia de cualquier locutor.

Expresivo de sus palabras al igual que con sus manos, mientras disfruta del café y unos huevos al albañil; en su andar como educador musical durante seis décadas presentaba con sus alumnos en festivales conmemorativos Día del Maestro, de la Madre, entre otros, además de los cantos tradicionales, por su iniciativa les ponía sus propias composiciones o en las convivencias familiares, de ahí que no sepa cuántas ha escrito porque fueron para el momento específico.

“Nunca fue mi intensión hacer llorar a las mamás, pero al oír la letra no se podían contener algunas no las guardé, ni las grabé”.

Cuando presidió el país Miguel de la Madrid que hizo el decreto de los Símbolos Patrios, entonces se dio el concurso de la interpretación del Himno Nacional, ganó en cinco ocasiones, entre cientos de escuelas participantes: “me presenté con mis grupos en las ceremonias del 16 de septiembre, ante los mandatarios Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, con él fueron dos ocasiones seguidas, en la segunda cuando pase a saludarlo me dijo ¿otra vez usted profe?, yo le contesté es que soy muy bueno y casi se ríe, con Ernesto Zedillo y Felipe Calderón”.

Conoció el país en su intervención asesorando a otros profesores de música: “yo terminé aprendiendo”; con la pandemia quedó fuera de las clases, “no se podían hacer en línea”.

Jaime Antonio Rodríguez Castillo es fundador, compositor, músico y cantante de “Coral Tulancingo”, grupo que nació en 1990 y que llegó a tener 45 integrantes, sigue activo con 18, tuvo presentaciones públicas exitosas actualmente solo interpretan en tertulias de sus integrantes.

La entrevista se acompañó de mucho entusiasmo y canciones que el profesor interpretó: “una forma de cambiar la sociedad, de comunicarnos está en torno a las artes, en la música podemos ver lo que se logra como por ejemplo con el karaoke, nos integra con los demás, estamos demostrando nuestro sentir, afinamos el oído, ponemos atención”.

En la mira esta grabar material didáctico la tablas de multiplicar cantadas al igual las reglas gramaticales: “estoy a la orden de las instituciones educativas”, menciona de quien su vida la ha llevado en componer, cantar y enseñar desde lo musical: “un reglón importante es componer para niños”.

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