Subirse al Tren o ser Arrollados

Por Carlos Camacho

Morena es una especie de ferrocarril, en el que hay dos opciones: o te trepas o te arrolla.

Y eso parece haberlo entendido claramente aquellos que hasta hace unos años le encontraban miles de defectos y hoy se maravillan con sus grandes virtudes, como ocurre con el Grupo legislativo Plural Independiente (GLPI), escisión priista de un grupo que decidió obedecer a su jefe político Omar Fayad Meneses, para buscar nuevos derroteros, una vez agotadas sus posibilidades en el partido del que ganaron espacios políticos y de poder durante muchos años.
Los legisladores independientes, no tuvieron empacho en acordar, en menos de dos días, ir juntos “en lo legislativo” para que Morena lograra en esta LXV Legislatura, reformar la ley orgánica, que anula la rotación en la presidencia de la junta de gobierno.

Es decir, en la LXVI Legislatura, presidirá por tres años consecutivos el partido mayoritario, en este caso Morena y se elimina la presidencia rotativa y aquellos partidos que hayan alcanzado el segundo y tercer lugar en las elecciones del pasado 2 de junio, no tendrá oportunidad de presidir la junta de gobierno, como ocurre actualmente.

Morena ha echado mano de su mayoría casi absoluta, merced a los triunfos alcanzados en los comicios del pasado 2 de junio: ganaron las dos senadurías de mayoría relativa, las siete diputaciones federales, las 18 diputaciones locales (en coalición con el Partido Nueva Alianza de Hidalgo), además de 52 municipios (y pelean en la mesa al menos otros seis más), lo que le da amplio margen de maniobra, sin dar oportunidad a los contrapesos.

Así que, no fue difícil convencer a los del GLPI de sumarse a la aprobación de la reforma a la ley orgánica, para gobernar el Congreso local, sin interrupciones los siguientes tres años.

El presidente estatal de Morena, rechazó que sea un “agandalle” por parte de su partido y el coordinador de la bancada morenista en el Poder Legislativo, Luís Angel Tenorio Cruz, justificó la reforma aprobada con 27  de 30 votos posibles, al señalar que permitirá mejorar  la administración y la regulación del Congreso, a fin de evitar desajustes administrativos por los constantes cambios de titular de la junta de gobierno del poder legislativo.

Adelantó, además, que los seis integrantes del GLPI se sumarán de manera formal a la bancada de Morena, para hacer mayoría al interior del Congreso local, pues hasta antes de esta alianza, Morena lo conformaban 10 diputados, cuatro de ellos inconformes con las decisiones del presidente estatal de Morena, Marco Antonio Rico Mercado y del coordinador morenista, Tenorio Cruz, porque no se les notificó nada al respecto.

Hace 11 meses, ocho diputados locales del PRI y 16 integrantes del comité directivo estatal, encabezados por su presidente, Julio Valera Piedras, siguieron a su líder moral, el ex gobernador Omar Fayad Meneses, en su decisión de renunciar al PRI, por desacuerdos con el presidente nacional de ese partido, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas.

Luego intentaron sumarse al partido Movimiento Ciudadano (MC) y al Partido Verde Ecologista de México. En el primero los desdeñaron y en el segundo le abrieron espacio a Alejandro Enciso, cercano al embajador en Noruega (Omar Fayad) para colocarlo en el quinto lugar de su lista de candidatos plurinominales a diputados federales.

DE hecho en una maniobra “madrugadora” difundieron una lista de eventuales candidatos a cargos de elección popular por el PVEM, que incluía a varios de los cuadros del GPI, pero de inmediato la dirigencia del partido del tucán desmintió la especie y con eso se agotaron las posibilidades de incrustarse en ese partido.

Cuando se pensaba que el GPI estaba camino a su extinción, apareció Morena para rescatarlo, convertirlo en su aliado legislativo y darle vida, a cambio de sus votos para lograr anular la alternancia en la presidencia de la junta de gobierno en el Congreso local.

Indudablemente que los seis, de ocho diputados locales, que quedan en el GLPI, buscarán trascender esta legislatura y buscarán acomodo, siempre de la mano de su jefe político, quien deberá renunciar en septiembre a su cargo como embajador de México en Noruega y ya se especula que podría integrarse al gobierno federal, una vez que asuma la presidencia de México, Claudia Sheinbaum Pardo, lo que abriría espacio a sus leales aquí en Hidalgo.

Atrás quedaron los ataques de los priistas al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a su Cuarta Transformación. Hoy los nuevos legisladores de Morena, no tienen empacho en decir que apoyan totalmente el proyecto de la presidenta electa y se suben al ferrocarril de Morena, para evitar ser arrollados.

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