Por Rogelio Hernández López
La sala Manuel M Ponce del Palacio de Bellas Artes estaba atiborrada ese viernes 26 de mayo. Terminaba la presentación del Diccionario biográfico de la izquierda mexicana del siglo XX cuando en las bocinas retumbó una pregunta: ¿Hay comunistas en esta sala? Y casi todas las manos se levantaron.
Al frente, en el proscenio, dominaba las miradas una montaña de rosas rojas en forma de hoz campesina cruzada por un mazo obrero. Tras ella Rodolfo Echeverría Martínez El Chicali; el historiador ruso Víctor Jeifets; la historiadora japonesa Michiko Tanaka; Enrique Semo auxiliado por su esposa; Alejandro Encinas Rodríguez y Arturo Martínez Nateras.
Lo ves Chicalí –espeta Martínez Nateras señalando las manos alzadas- Si hay rojos. La mayoría aquí somos rojos. Si hay organismos. Aquí está Pavel a nombre del Partido Comunista de México, está Salomé representante del Movimiento Comunista Mexicano…
El de ellos es el segundo mini debate de la tarde, porque Echeverría Martínez había dicho que no hay nada de organismos socialistas que influyan en la política actual.
Las y los concurrentes sentados y los que ocupaban parte de los pasillos escuchaban atentos, en silencio respetuoso y hasta sonrientes. Solo reaccionaban con aplausos a cada una de las seis intervenciones y las “precisiones” que siempre se hacen las izquierdas en sus encuentros.
El libro Diccionario biográfico de la izquierda mexicana del siglo XX, hasta ahora solo es impreso, ocupa 1,114 páginas y contiene, entre otros temas, 5 mil 282 semblanzas, algunas novedosas al ser ubicadas en la izquierda.
Buena parte de los asistentes a la Sala Manuel M Ponce saben que forman parte del diccionario pero también fueron porque el libro es noticia.
Es la primera obra gigante en su tipo, interesante por perfilar a tante gente de izquierda y también trascendente porque pronto aumentará el interés público por él, en víspera de los comicios federales que serán una especie de referéndum para la continuación o no de un régimen en México con orientación de izquierda social.
AMLO es de izquierda
El tema que tocaron todos los presentadores fue sobre la definición de izquierda y qué personas caben en ella.
Alejandro Encinas, comunista reconocido en el gabinete presidencial como subsecretario de Derechos Humanos en la Secretaría de Gobernación resaltó un texto que se encuentra en las primeras páginas del monumental diccionario: la reivindicación que hizo de sí mismo, como persona de izquierda, el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su cuarto informe de gobierno:
“Ser de izquierda es anclarnos en nuestros ideales y principios, no desdibujarnos, no zigzaguear. Si somos auténticos, si hablamos con la verdad y nos pronunciamos por los pobres y por la justicia, mantendremos identidad, y ello puede significar simpatía, no sólo de los de abajo, sino también de la gente lúcida y humana de clase media y alta, y con eso basta para enfrentar a las fuerzas conservadoras, a los reaccionarios.”
Con ese perfil de izquierda social se cita 85 veces a López Obrador en del diccionario de subtitulo Rojos y también se incluye allí su perfil político con datos básicos de su trayectoria de luchador social.
Esa definición tan amplia de izquierda (que generó referencias en la sala) permitió a los autores del diccionario incluir a intelectuales, escritores, artistas del espectáculo, periodistas, científicos y, por supuesto, a personas de los movimientos sociales, dirigentes de partidos, a las que han formado y son parte de las corrientes de pensamientos socialistas, comunistas, trostkistas, lombardistas y a cientos de mujeres y hombres que no han sido reconocidos públicamente.
El diccionario
Ese libro, hasta ahora solo está impreso. Se hacen gestiones sobre posibles patrocinios para hacerlo enciclopedia digital y ampliarlo. Es un libro vivo porque se corregirá, se ampliará. Coincidieron los presentadores.
Antes de este libro ha habido aproximaciones tanto de historiadores, como de ediciones de movimientos socialistas. Lo más similar es el diccionario Quién es quién en la política mexicana del periodista Humberto Musacchio, editado en 2002 que incluye alrededor de 3 mil 500 personajes en 432 páginas (en tipografía de 7 puntos) pero refleja personas de todas las corrientes políticas que han sido o eran gobernantes o aspiraban a serlo.
El coordinador de este diccionario de la izquierda es el ingeniero mecánico electricista, Arturo Martínez Nateras quien fuera líder estudiantil desde 1965, cofundador de la Central Nacional de Estudiantes Democráticos (CNED), preso político de 1968 a 1971, Secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista Mexicano hasta 1978.
En la presentación, reporta Arturo, que desde el año 2000 Marcos Leonel Posadas y él comenzaron a planear el diccionario; que en 20 años de investigación de ellos y un grupo multidisciplinario lograron publicar tres libros también relacionados con la izquierda: la cronología en 2014, de los Movimientos sociales en 2016 y el de Artes y humanidades en 2019. El cuarto producto este: Rojos, el diccionario biográfico que se presentó este viernes en Bellas Artes. Todos son como la enciclopedia de las izquierdas mexicanas.
Martínez Nateras repitió lo que anotó en el Diccionario que, su propósito central es no permitir la pérdida de la memoria de todas las personas que han aportado a los cambios esenciales de México. Escribió:
“Rojos es la biografía colectiva de una corriente ideológica y política de gran arraigo en la sociedad mexicana. Nosotros, desde la izquierda, libramos miles de combates contra la <<dictadura perfecta>>, tuvimos en jaque al sistema, pagamos altas cuotas de vidas de años cárcel de persecuciones y ejecuciones, sobrevivimos a la guerra de exterminio y nos quedamos en la orilla del poder, como bien describió Jorge Castañeda.”
El libro incluye, además de las semblanzas, cuatro capítulos especiales: de 762 mujeres rebeldes y transgresoras; de Mexicanos en la Internacional Comunista; de presos políticos; de los movimientos sociales y políticos de la Guerra Fría y un apartado con las víctimas de las masacres, como de los Copreros (1952), los de Ciudad Madera, del 68, del 10 de junio, Aguas Blancas, Acteal, El Charco, hasta la Noche de Iguala, entre otros.
Mucho fue resultado, asegura Arturo, de autobiografías que en todos los casos “respetamos su contenido. Por nuestra parte elaboramos y encargamos las semblanzas de los imprescindibles… No excluimos a nadie caprichosamente. Todos los que están son y los que son y no están es debido a la imposibilidad de obtener datos comprobables.”
Agrega que para sus investigaciones, además de entrevistas personales se tomaron “en cuenta obras fundamentales como Los milenios de México, de Humberto Musacchio; Los bolcheviques, de Paco Ignacio Taibo II; La rojería, de Óscar de Pablo, El diccionario enciclopédico del estado de Guerrero, coordinado por Hermilo Castorena Noriega; textos de Carlos Illiades Aguiar, Veronica Oikión Solano; testimonios comunistas de Arnoldo Martínez Verdugo, Enrique Semo Calev y Eduardo Ibarra Aguirre; el Diccionario de escritores mexicanos de la UNAM, de Aurora Ocampo; las aportaciones de Natura Olivé; el diccionario biográfico Latinoamérica en la Internacional Comunista, de Lazar y Víctor Jeifets; un ensayo valioso sobre los comunistas presos en las Islas Marías, de Javier Mac Gregor Campuzano, entre muchos otros”.
Al final de la presentación, casi todas y todos acudieron al pasillo para brindar y más por su tercera razón para acudir a Bellas Artes: para reencontrarse, después de muchos años, con decenas de sus camaradas y amigos. Entre ellos se informan que siguen participando en frentes y movimientos sociales, en la academia, en pequeños destacamentos políticos y hasta en Morena, Son las y los más tozudos de la política mexicana, son rojos que quieren, como remató Encinas que la siguiente estación realmente democrática de México sea un gobierno socialista. Mirada de reportero.
(Nota. Una versión de todo el acto en Bellas Artes se puede ver en https://www.facebook.com/enlaNoticiaGeneral/videos/644320680558245)
