Sustituye a Domingo Díaz, en Tulancingo
Por Catalina Martínez Duarte
Una arquidiócesis viva que va caminando es lo que encontró; ir al rescate de las familias y valores, con una iglesia abierta y cercana, es parte de la misión que seguirá el tercer arzobispo de Tulancingo, que el jueves por la tarde inicio su ministerio episcopal.
Monseñor Oscar Roberto Domínguez Couttolenc, nacido el 13 mayo de 1956, en Puebla de los Ángeles, inició sus actividades desde el miércoles en visita a algunas parroquias de Hidalgo hasta concluir su jornada por la noche en la Catedral Metropolitana de Tulancingo.
El jueves por la mañana se presentó ante los medios de comunicación; “ni siquiera conozco mi oficina” dijo, “soy un misionero viviendo la fe. Todos los somos”, “Gracias a Dios y al Santo Padre, que me mandó a caminar con este pueblo”, “Rápido, rápido no hay bendiciones, pero con pasos seguros”, fueron entre otros los sentires de quien vestía con sotana y muceta negra, solideo y faja en rosa mexicano.
Habló de una comunidad que da respuesta a la presencia de Cristo; de que estará cercano a la feligresía, no encerrado sino buscando a aquellos que se han alejado de la iglesia; en lo político dijo sentirse bien que a su llegada estuvieran presidentes municipales salientes y entrantes porque todos trabajan desde su ángulo, aunque debe hacerse desde el amor y la caridad.
De la inseguridad hará un diagnóstico para dar el siguiente paso desde el evangelio: “se vive un cristianismo sin compromiso, sin ver la realidad de los jóvenes, vamos a buscar lo que nos une, es doloroso lo que pasa en algunas comunidades”, respecto a los conflictos en Huejutla por los usos y costumbres y la religión; “lo sé por oídas tengo que conocer que es lo que pasa”.
De la vocación sacerdotal y los seminaristas que cada vez son menos: “es como en todo en la vida, una olla de tamales, de chile, dulce, mole, es un llamado que cada uno debe descubrir, no es un club de hacer adeptos es la convicción, el Señor me invita a un estilo de vida, hay que dar testimonio invitar; se dan chantajes de la familia, hijo me vas a dejar sin nietos, no vas a tener uno sino miles, vale la pena, yo se los digo, 28 agosto de 1972 entré el seminario, sí soy feliz, también he tenido problemas”, anunció que en septiembre será la Asamblea Diocesana.
Matrimonios Igualitarios y aborto, le dio la palabra al Nuncio Apostólico en México monseñor Joseph Spiteri: “tenemos que vivir con todas las realidades siguiendo las indicaciones del papa Francisco, buscando diálogo con todos, no encerrados en las parroquias, deben estar abiertas, cercanos a quienes sufren, ternura, atención y acogida atendiendo las situaciones en particular”.
Ante un Seminario Mayor repleto con miles de fieles, se cantaron alabanzas “Alma misionera”, un rosario para dar paso a la eucaristía, con la procesión encabezada por el libro de los evangelios; continuando con la lectura y entrega de las Letras Apostólicas por el Nuncio Apostólico en representación de Papa Francisco; al recibirlas monseñor Roberto Domínguez las mostró a la asamblea, entre sonidos de flauta y toque de caracol.
Momento emotivo fue la entrega de Báculo Pastoral por monseñor Domingo Díaz Martínez segundo arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo hoy emérito y quien con su alegría característica le dio la bienvenida y lo abrazo: “ Hace16 años y un mes yo estaba en tu lugar, se trabaja de día y de noche” y parafraseo el poema español de Antonio Machado hecho canción por Juan Manuel Serrat: “Caminante no hay camino se hace camino al andar” y agregó “camino sí hay, también se hace; el buen pastor va con nosotros como lo hizo con los peregrinos de Emaús, el señor Jesús es el camino y la verdad, bienvenido a tu casa”.
Hubo el saludo de paz, del colegio y unidad episcopal, de la comunidad diocesana; luego la eucaristía.
En la parte central del templo los primeros lugares para políticos e invitados especiales, rodeados de sacerdotes y religiosas; los llamados ministros, uno de ellos junto con un sacerdote evitando hacer el trabajo de quien esto escribe, aunque se pidió favor para poder tomar las gráficas; pero sí dejaron que sus congéneres identificados por las mismas vestimentas y accesorios, dándoles paso libre para grabar y tomar fotos sin ser molestados.