Por Ignacio García
Hidalgo, según la Secretaría de Economía (SE), es uno de los 10 estados con mayor actividad minera a nivel nacional y cuenta con 40 minas en activo, pero quienes se dedicaron a esta actividad durante la mayor parte de su vida, enfrentan diferentes problemas de salud y una precariedad económica por el abandono en el que se encuentran.
Adrián Chávez Soto, ex minero del pueblo mágico de Real del Monte, relató que después de haberse dedicado a la minería durante 30 años, recibe una pensión económica que le impide satisfacer sus necesidades básicas, así como los problemas de salud que padece desde hace años por las complicaciones que padeció como trabajador de la tierra.
“Yo me dediqué a la minería y sacaba plata, es un trabajo que me enseñó mi padre y a su vez mi abuelo, pero desde que las minas se secaron y llegaron las grandes empresas, nosotros fuimos sustituidos”, comentó el ex minero, quien tuvo que dejar su pasión y su principal fuente de ingresos económicos por un problema respiratorio que se ha agravado recientemente.
“Muchos de mis conocidos ya se murieron y algunos otros están muy mal, en verdad en la minería no duramos mucho”, narró el ex minero de 64 años de edad, quien lamenta con tristeza que quienes dedican sus vidas a extraer las riquezas de la tierra deben padecer un recorte significativo en su esperanza de vida.
Con problemas para caminar y la voz quebrada, don “Adrián” como lo conocen sus vecinos, suele añorar sus tiempos de juventud, en los que su fortaleza física le permitía trabajar en jornadas de hasta 12 horas, pues incluso pasaba más tiempo debajo de la superficie que en casa.
“Es un trabajo que necesita de tiempo completo, a veces me pregunta que cómo le hacía para aguantar, pero no lo sentía como un peso”, contó el ex minero, quien recibe una pensión de apenas cuatro mil pesos mensuales, y que también es beneficiario de una pensión federal que le permita mínimamente comprar algunos alimentos.
Aunque sus hijos no se dedican a esta actividad, pues su hijo mayor terminó sus estudios como diseñador gráfico y el menor se graduó como actuario, aún se preocupa por sus necesidades y lamentó que ahora dependa económicamente de ellos y que lo lleven a sus chequeos médicos.
“A mí me dijeron que tengo diabetes y también hipertensión (arterial), es algo que ahora me aqueja porque no me cuidé cuando era joven”, mencionó el ex minero, quien paradójicamente sostiene que Real del Monte y Pachuca son conocidos por su tradición minera, pero en la actualidad hay pocas personas que se dedican a esta actividad.
Como el caso de Adrián, en los municipios con vocación minera, menos del tres por ciento de la población masculina se dedicó a esta actividad económica, pues aunque forma parte del sector secundario, ambos municipios tienen una perspectiva terciaria, es decir, están vinculados al comercio, servicios, turismo y transporte, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Edmundo Molina Gómez, investigador de Ciencias de la Tierra de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), enfatizó que la minería es una actividad económica muy significativa para el Producto Interno Bruto (PIB), pero los mineros son los que tienen ingresos económicos muy bajos.
El integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) mencionó que se necesita de un aumento sustancial en los ingresos económicos de los mineros, ya que en la actualidad son los generadores de la riqueza para las grandes empresas mineras concesionarias, pero no tienen una remuneración económica como les corresponde.
Según el académico, necesitan una redistribución de ingresos económicos adecuada para las personas que se dedican a estas actividades, pues son insuficientes, aunado a que se encuentran en mayor riesgo, por lo cual también se debe contemplar un seguro especial para la atención médica de los trabajadores de la tierra.
Asimismo, indicó que las autoridades federales deben fomentar que se respeten con garantías de desarrollo económico para los mineros, pues se tratan de sectores, en donde los trabajadores perciben ingresos similares al salario mínimo, con lo cual es insuficiente para garantizar mejores condiciones de bienestar.
En tanto, Mariana Flores Ávila, fundadora de la corriente “Minería por los Derechos”, sostuvo que entre las grandes mineras concesionarias se deben enfocar en mejorar las condiciones económicas de las personas que se dedican a esta actividad, pues se trata de una labor de alto riesgo al presentar complicaciones de salud por los gases que inhalan, así como las diferentes sustancias que pueden ser tóxicas y con las que están en contacto permanente.
De la misma manera, la defensora de los derechos de los mineros enfatizó que han impulsado propuestas que hasta el momento no han sido escuchadas por parte del gobierno federal ni del Congreso de la Unión, pese a los acercamientos que han existido con los diputados federales y senadores de distintos partidos políticos.
Además, consideró esencial que se necesitan garantías de justicia social para los mineros, pues aseveró que la esperanza de vida de este sector laboral es de las más bajas y la mayoría presentan complicaciones de salud como diabetes, cáncer, hipertensión arterial, problemas isquémicos, así como trastornos respiratorios que deterioran la vida de los trabajadores.