Por Ernesto Palma Frías
El capital psicológico es importante porque influye en la forma en que las personas manejan el estrés, se adaptan a los cambios, mantienen la motivación y desarrollan una mentalidad resiliente. Se refiere a la combinación de cuatro componentes clave que pueden ayudar a las personas a enfrentar los desafíos en el trabajo y en la vida cotidiana, promoviendo un mayor bienestar emocional y mejorando el rendimiento en diversas áreas de la vida. El capital psicológico no sólo beneficia a los individuos, sino también a las organizaciones, ya que puede contribuir a un ambiente laboral más positivo y productivo.
Mantener el bienestar psicológico en los empleados es un aspecto básico en la correcta gestión de los recursos humanos. En este sentido, el capital psicológico es un valor agregado que ayuda al bienestar laboral, ya que es un factor esencial a la hora de mantener el bienestar laboral en el equipo. Esta perspectiva personal trae consigo numerosos beneficios a nivel laboral. Variables como el optimismo, la esperanza, la autoeficacia y la resiliencia son necesarias para analizar el nivel de adecuación de este capital.
Para dar sentido al concepto, se puede concretar que el capital psicológico hace referencia a las capacidades emocionales de los individuos que ayudan a la adaptación a diferentes situaciones potencialmente problemáticas o estresantes. La resiliencia en el trabajo, es uno de los factores más determinantes a la hora de analizar estas habilidades psicológicas.
A continuación, se describen las variables que ayudan a determinar el nivel de capital psicológico en los empleados y que pueden analizarse y gestionarse de manera individual:
1.- Autoeficacia: Cuando los empleados tienen una creencia en su capacidad para lograr metas y enfrentar desafíos, tienden a estar más motivados y comprometidos con su trabajo. Esto puede llevar a un aumento en la productividad, ya que los empleados se sienten más capacitados para realizar sus tareas de manera efectiva.
2.- Esperanza: La esperanza se refiere a la creencia de que se pueden alcanzar metas y superar obstáculos. Los empleados con altos niveles de esperanza tienden a ser más persistentes y resilientes ante los contratiempos. Esto puede llevar a un mayor rendimiento y productividad, ya que los empleados están dispuestos a esforzarse por superar los desafíos.
3.- Resiliencia: La resiliencia se refiere a la capacidad de hacer frente a la adversidad y recuperarse rápidamente de ella. Los empleados resilientes son más propensos a adaptarse a los cambios y a mantener un rendimiento constante a pesar de las circunstancias difíciles. Esto puede tener un impacto positivo en la productividad de la empresa, ya que los empleados pueden enfrentar los desafíos de manera efectiva y mantener su desempeño.
4.-Optimismo: Los empleados con una actitud optimista tienden a tener una perspectiva positiva y a ver los desafíos como oportunidades para crecer. El optimismo puede ayudar a mantener la motivación y la persistencia en el trabajo, lo que puede conducir a un aumento en la productividad.
Aunque se pueda pensar que estas cualidades son inherentes a las personas, la realidad es que todas se pueden potenciar, tanto por separado como en grupo. Todos los trabajadores cuentan con la capacidad de mejorar estas competencias.
De contar con una formación enfocada adecuadamente, los trabajadores aprenderán a gestionar situaciones complicadas y potencialmente estresantes con una actitud positiva y proactiva. Con un trabajo concienzudo para potenciar estas variables, el bienestar laboral se verá, los equipos podrán afrontar situaciones adversas con una actitud enfocada a la mejora continua.
Potenciar el capital psicológico también supone una mejora en síndromes especialmente problemáticos, como el síndrome del impostor, el burnout y el agotamiento mental en puestos de liderazgo. El capital psicológico puede influir positivamente en la productividad de una empresa al aumentar la motivación, la persistencia, la adaptabilidad y mantener una actitud positiva entre los empleados.
Fomentar el desarrollo del capital psicológico en la fuerza laboral puede ser beneficioso para mejorar el rendimiento y los resultados de la empresa.