Y siguen escenas de violencia; alcaldesa entre ineptitud y cinismo

Por Arturo González Alanís

La noche del reciente viernes 5, resultaron heridos dos hombres, uno de muerte, el otro grave, tras haber sido atacados con armas de fuego, en una tienda denominada Los Gemelos, ubicada en el barrio de San Antonio, de la cabecera municipal de Ixmiquilpan.

El ataque transcurrió rápidamente y en presencia de incierto número de parroquianos, algunos cenaban en puestos de comida aledaños, otros simplemente por ahí transitaban, pero quizá todos dieron cuenta que mínimo hubo una decena de detonaciones.

En medio de confusión, comerciantes levantaron sus puestos, mientras algunos comensales huían despavoridos pero otros se quedaron a curiosear, afuera de la escena del crimen, esperando la presencia policiaca, de unidades de auxilio y autoridades investigadoras.

La noticia corrió como pólvora encendida, obviamente más rápido por redes sociales, reviviendo la preocupación y temor entre la población ixmiquilpense, sobre todo de barrios, colonias y zona centro, que es donde más se ha repetido ese tipo de escenas.

No obstante la gravedad del asunto, prácticamente fue minimizado por la presidente municipal, Araceli Beltrán Conteras, pues ordenó difundir un comunicado, señalando que “los casos de violencia en la zona son aislados”, lo que le acarreó críticas ciudadanas.

Tan sólo en lo que va de la actual administración municipal, ya ocurrieron 29 homicidios en actos violentos; de ese número, 10 en el 2021; 15 en el 2022 y cuatro en lo que va del presente año pero la alcaldía señala que son “casos aislados”, lo que raya en el cinismo.

Para no pocos ixmiquilpenses, aquellos números constatan la ineficiencia del gobierno local, en los menesteres de seguridad pública, no obstante que en ejercicio ya lleva un año y 10 meses, lapso en el que además la alcaldesa no ha presentado una estrategia en la materia.

Pero la indignación social igual creció, tras evidenciarse que hasta entonces ha resultado inútil o inoperante el dichoso y costoso C5 de la presidencia municipal, integrado con sistemas de cámaras de videovigilancia, distribuidos “en puntos estratégicos” de la ciudad.

En el comunicado, presuntamente emitido por la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, las autoridades del ayuntamiento también presumieron que en los últimos cuatro meses han trabajado en la seguridad, “ya que esto es base para el progreso económico de la zona”.

Irónicamente, tan sólo tres días antes –cabe recordar-, fue descubierta y desmantelada una presunta banda de asaltantes de viviendas de la zona, por mérito de habitantes de la comunidad de San Pedro Capula, y no por actuación de la policía local.

Para rematar, en relación con la reciente escena de violencia suscitada en el barrio de San Antonio, la administración de Araceli Beltrán dijo reprobar los hechos “y refrenda su compromiso de trabajar en la prevención del delito y en la protección de los ciudadanos…”

Entre tanto, Araceli Beltrán esta vez no recurrió a su trillado anuncio de solicitudes de apoyo al Ejército Mexicano y Guardia Nacional; menos hizo pública la realización “permanente” de operativos o rondines de vigilancia, quizás porque se trató “de casos aislados”.

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