Por Arturo González Alanís
En el municipio de El Arenal surgió una disputa por dos pozos de agua entre habitantes de las comunidades de El Bocja y Chimilpa, en contra del Comisariado Ejidal, presidido por Gabriel López Fuentes, acusado de querer entregar “en propiedad” esa infraestructura hídrica al ayuntamiento, encabezado por el alcalde Ranulfo Serrano Moedano.
Apenas concluía el pasado mes, un numeroso grupo vecinal de esas comunidades resolvió tomar los pozos, a modo de protesta y resguardo, tan pronto concluyeron una reunión en la que ventilaron las presuntas intenciones del comisariado, de querer “hacer negocio con el agua que es del pueblo”.
Y es que en la asamblea dijeron saber que Gabriel López pretende ceder dicha infraestructura, con todo y terreno, a la presidencia municipal, en el supuesto de que esta instancia a su vez planea suministrar el vital líquido a particulares, para un desarrollo inmobiliario que incluye viviendas y un centro comercial.
Entre los inconformes destacó el hermano de la diputada local, Adelfa Zúñiga Fuentes, y ex presidente municipal, Adolfo Zúñiga Fuentes, quien aseguró no tener fines políticos ni partidistas en el hecho de apoyar la toma de los pozos, defender el agua “del pueblo” y no ceder a las intenciones del Comisariado Ejidal.
En reunión comunitaria, Adolfo Zúñiga detalló que dicho sistema hídrico incluye los pozos de Bocja-Chimilpa y Colonia 20 de Noviembre Solidaridad y sus respectivos tanques, de los cuales advirtió que serán defendidos y administrados a partir de esos momentos, “para evitar que nos quiera perjudicar el propio comisariado”.
La administración de los pozos referidos, hasta entonces estaba en manos del ayuntamiento, desde hace ya varios años por así convenir a lugareños; no obstante, a la par del rechazo a la “privatización” de ese sistema, también afloraron las quejas ante presuntos excesivos cobros, por el suministro del vital líquido y recargos por atrasos.
Así que Adolfo Zúñiga y acompañantes pidieron que la alcaldía “no meta las manos, se niegue a tomar la propiedad del pozo y que ya no lo administre”, advirtiendo que de lo contrario podría detonar un conflicto social, “porque defenderemos el agua, que es de todos nosotros los vecinos, nacidos y crecidos en estos pueblos”.
Pozos en el abandono
Tan pronto resguardó los pozos, el grupo de inconformes emprendió un recorrido por el sistema de distribución El Bocja-Chimilpa, encontrándolo en estado de completo abandono, responsabilizando a la presidencia municipal, pues ésta tenía en poder la administración, desde cobros hasta mantenimiento.
De ahí, Adolfo Zúñiga subrayó que la alcaldía fue objeto de pérdida de confianza, a su vez alentada por presuntos malos manejos, abusos en cobros, tanto en mensualidades como recargos ilegales, olvido en la dotación de agua para muchas otras familias y nulo mantenimiento a toda la infraestructura.
Por esos motivos, el ex alcalde consideró como aberración al plan de ceder la propiedad de los pozos a la presidencia municipal y, por lo contario, es que los inconformes ya retomaron la administración y nombraron un comité provisional, integrado por personas de confianza de los pueblos involucrados.
Intenta mediar el alcalde
En medio del diferendo, el alcalde Ranulfo Serrano reprochó que aquellas personas que tomaron el pozo lo hicieron de manera ilegal, situación que lo motivó a entablar una reunión con más de 320 habitantes de El Bocja y Chimilpa, con la pretensión de brindar una explicación legal sobre lo acontecido.
Como resultado, una fracción vecinal manifestó su apoyo para que el pozo continúe siendo administrado por la presidencia municipal, sugiriendo a su vez la mediación de autoridades competentes del Estado, a fin de destrabar el problema social en breve lapso pero sin violencia y todo mediante diálogo y acuerdos.
Inclusive, se supo que Ranulfo Serrano recurrió a los oficios del subsecretario de Gobernación de Hidalgo, Eduardo Medécigo Rubio, pero hasta el cierre de la presente edición no se apreciaba respuesta positiva ni efectividad del funcionario estatal, pues los pozos continuaban tomados por Adolfo Zúñiga y seguidores.