Por Arturo González Alanís
A sólo 11 meses de que concluya la administración municipal de Chilcuautla, surgieron nuevas expresiones de repudio en contra del alcalde Valente Martínez Mayor, porque no ha querido o no ha podido cumplir con algunos de sus compromisos, mismos que adquirió desde que andaba en campaña en busca del encargo popular que actualmente ocupa.
Fue el caso de habitantes de la comunidad de Zacualoya, quienes el reciente martes 17 ya no aguantaron los incumplimientos y recurrieron a una manifestación de protesta, en primera para reclamar la informalidad del alcalde, en segunda para exigirle cumplimiento con la construcción de obras pendientes.
Y es que para esa mañana ya estaban citados a reunión con Valente Martínez, en la Sala de Juntas del Ayuntamiento, pero de último momento les cancelaron, porque al alcalde le pareció más importante trasladarse a la ciudad de Pachuca, para presenciar la comparecencia de un funcionario estatal, que cumplir con sus obligaciones.
Así que el indignado grupo vecinal de Zacualoya, más allá de realizar una manifestación de protesta, no dudó en también tomar el edificio de la alcaldía, a modo de presión y para exigir la presencia de Valente Martínez, por lo cual impidieron la entrada y salida de trabajadores, pero sin recurrir a las agresiones.
Había por lo menos 50 manifestantes, todos vecinos de Zacualoya, encabezados por su delegado comunitario, Ángel García García, acompañados por integrantes del comité de obras del pueblo, quienes llevaban las carpetas con los proyectos de obras y acciones que no ha cumplido el presidente municipal ex perredista, actualmente neomorenista.
De ahí, los inconformes recordaron que Valente Martínez, cuando andaba en campaña, con tal de ganarse los votos de Zacualoya, prometió dotarles servicios básicos, construir espacios públicos y realizar diversas acciones de beneficio social pero que hasta la fecha todo eso ha quedado en meras promesas.
Algunos manifestantes reconocieron que a principios del presente mes, junto con el alcalde, dieron el banderazo para el arranque de una obra, consistente en la ampliación de drenaje en las manzanas 1 y 2, pero dejaron en claro que esos trabajos están siendo ejecutados con recursos federales, mas no del municipio.
En ese sentido, señalaron que el presidente municipal no ha cumplido con la pavimentación de la calle Peña Grande ni con la terminación de un circuito, así como tampoco ha mandado ejecutar un estudio para construir un pozo con sistema de distribución de agua potable y menos los ha apoyado para habilitar un Centro de Desarrollo Comunitario.
Ante dichos incumplimientos, exigieron a Valente Martínez que sea congruente, porque por un lado pregona que comulga con los principios de la 4T pero que en el ejercicio “es mentiroso y traiciona al pueblo, porque no ha cumplido con sus promesas de campaña, a pesar de que ya lleva dos años y 10 meses en el encargo popular”.
La movilización de protesta se prolongó hasta entrada la noche del mismo martes 17, luego de que funcionarios municipales indicaron a los manifestantes que el alcalde los podría atender después de las 22 horas, porque hasta esa hora llegaría de sus diligencias en la capital hidalguense.
Hasta el jueves 19 no se sabía cuáles fueron los términos de esa reunión, pero de manera extraoficial se supo que los vecinos de Zacualoya exigieron a Valente Martínez que cumpla con las obras y acciones sociales prometidas, dándole oportunidad a que realice las gestiones necesarias ante los gobiernos federal y estatal, porque presumiblemente la alcaldía no cuenta con recursos.
Cabe recordar que a finales de mayo pasado, ocurrió una movilización de protesta similar, pero esta fue emprendida por habitantes de la comunidad de Santa Ana Batha, quienes también exigieron al alcalde el cumplimiento de compromisos de campaña, igual con el reclamo de que no les recibía en audiencia.
Inclusive reprocharon que por aquellos días Valente Martínez sí tuvo tiempo suficiente para organizar su fiesta de cumpleaños, donde evidenciaron que se atrevió a ocupar a trabajadores de la alcaldía, para servir comida y bebidas a los cientos de invitados pero hasta entonces no había sido capaz de conceder audiencia a los avecindados de Santa Ana Batha.