Por Arturo González Alanís
En los recientes días se recrudecieron inconformidades de diversos sectores de la sociedad, en contra de la presidenta municipal de Ixmiquilpan, Araceli Beltrán Contreras, a quien todavía resta un año, dos meses y algunos días al frente de ese encargo público, que, más allá de concederle favorables resultados y tranquilidad a su alrededor de 100 mil habitantes, ha venido generando un ambiente de ingobernabilidad.
La indignación embargó a comerciantes de distintos giros, luego a vecinos de la comunidad de Pueblo Nuevo, seguidos de la mayoría de locatarios del mercado municipal José María Morelos y Pavón; en diferentes días, emprendieron sendas manifestaciones de protesta, cada una con sus reclamos en particular pero coincidieron en exigir la renuncia de la alcaldesa, de cuna política petista pero hoy en día neomorenista.
De su lado, el grupo de comerciantes establecidos, en conferencia de prensa, reclamaron que Araceli Beltrán pretende cobrarles exorbitantes cantidades monetarias, sin sustento legal, por concepto de placas o licencias de funcionamiento; hasta ironizaron que tal parece que pretende imponerles una política recaudatoria muy al estilo de Juan Vargas, alcalde de San Pedro de los Aguados, de la película La Ley de Herodes.
Sostuvieron que los cobros abusivos y arbitrarios llegan hasta los 130 mil pesos, y que en el intento de cobro, por parte de personal del área de Reglamentos, hasta recurren a las presiones, con la amenaza de que clausurarán los establecimientos en caso de no pagar en breve tiempo las placas o licencias “pero ni siquiera nos han informado en qué se basaron para determinar esos impuestos¨”.
Inclusive, aseguraron que ya buscaron “por todos lados”, en diferentes normativas, pero que en definitiva no está establecido ese tipo de cobros o impuestos, dentro de la Ley de Ingresos aplicada por la administración municipal, por lo cual consideraron que se trata de una situación de “mera corrupción y falta de transparencia”, por parte de las autoridades del ayuntamiento, “en complicidad” con síndicos y regidores.
La mañana del lunes 26, habitantes de Pueblo Nuevo prácticamente paralizaron la zona centro y alrededores de la ciudad, al bloquear principales avenidas y calles, durante casi 10 horas, a modo de protesta, por incumplimientos de Araceli Beltrán, a quien reclamaron la ejecución de una obra de pavimentación, lo mismo apoyo económico para fortalecer la infraestructura del balneario que lleva el nombre de esa comunidad.
En distintos puntos de la vía pública, donde los mismos manifestantes atravesaron vehículos, fueron exhibidas algunas mantas con leyendas de reclamo, dirigidas principalmente a la titular del ayuntamiento ixmiquilpense: “Presidenta mentirosa, cumple tus promesas”, “Araceli, si no puedes, ya renuncia”, “Pueblo de Ixmiquilpan, disculpa, el problema es con la presidenta que no cumple sus promesas”, entre otras.
En escueto comunicado, la alcaldía aseguró que para levantar el bloqueo hubo un acuerdo entre Araceli Beltrán y autoridades del gobierno estatal, con una comisión de Pueblo Nuevo, pero no especificaron cuál fue el convenio; lo que sí, el “gobierno” municipal presumió que su compromiso es “garantizar el respeto a terceros y, sobre todo, la paz social”, por lo cual reprobó las medidas de presión ejercidas por los comuneros.
Aquella postura, no obstante que Araceli Beltrán encabezó a un grupo de ixmiquilpenses, en junio del año pasado, para trasladarse a la capital hidalguense, donde no dudó en bloquear avenidas y calles principales, causando daños a los diversos sectores sociales, en su propósito de exigir recursos económicos al gobierno estatal, para reparar daños ocasionados por el desbordamiento del río Tula, ocurrido en septiembre del 2021.
Luego de eso, el martes 27 amaneció bloqueada la calle frontal del ayuntamiento, donde locatarias del Mercado Morelos exigieron que la alcaldesa y miembros de la Asamblea Municipal “ya no metan las manos y respeten la autonomía” del centro de comercio, donde pretende imponer Araceli Beltrán un nuevo administrador, tras ordenar la destitución de Heberto de Jesús Vargas Herrera, por presunta falta de rendición de cuentas.
Y es que en ese momento, en la Plaza Juárez de la ciudad, la alcaldía pretendió celebrar la elección del nuevo administrador del mercado, por lo cual instalaron una casilla, donde convocaron a los 508 locatarios del mismo espacio comercial, para que acudieran a votar, lo cual fue impedido por la gran mayoría de inconformes, registrándose en consecuencia no más de 10 sufragios.
Tras el fallido proceso electoral, en verdadero ambiente de tensión, las indignadas comerciantes reclamaban airadamente que desde noviembre del 2021 ya habían elegido democráticamente, como administrador, a Heberto de Jesús Vargas, ganando por gran mayoría de votos; así que exigieron que en apego a la legalidad se le permita continuar su ejercicio, hasta el siguiente 2024, tal como lo dicta la normativa.
Un par de policías ingresó a la casilla, para rescatar la urna y mantenerla bajo resguardo, mientras eso, las inconformes dejaron en claro que no permitirán que se salga con la suya Araceli Beltrán, pues dijeron saber que, como no prosperó la elección, ella misma pretenderá imponer a un nuevo administrador, en complicidad con integrantes de la Asamblea Municipal, “en su afán de satisfacer su ambición y sus intereses políticos”.
