Tratos turbios con Alfajayucan; rechazo social en Chilcuautla.
Por Arturo González Alanís
En el municipio de Ixmiquilpan, habitantes de la comunidad de El Mandho, bloquearon el acceso al basurero de la localidad, desde la semana anterior, para impedir el paso de camiones recolectores, a modo de presión y tratar de negociar “beneficios” ante las autoridades del Ayuntamiento, encabezado por el alcalde José Emanuel Hernández Pascual.
Esa medida fue aplicada en diciembre del 2023 por las mismas personas, quienes entonces lograron acuerdos con la entonces alcaldesa Araceli Beltrán Contreras, aunque no se informó públicamente qué pedían los inconformes y menos a qué acuerdos llegaron a cambio de permitir la reapertura del basurero municipal.
Así que la historia se vuelve a repetir, a menos de 15 días de iniciada la nueva administración local, que ha demostrado voluntad de encontrar soluciones para evitar un problema de salud pública por acumulación de basura en calles, pero lamentablemente también se han negado en hacer públicas las peticiones de quienes mantienen bloqueado el basurero local.
Hay varias versiones. Unos dicen que piden recursos a presidencia municipal, para poder ejecutar obras sociales en El Mandho; otros señalan que exigen espacios en nómina, para cobrar personalmente en diferentes áreas de la alcaldía; pero también que quieren 100 mil pesos mensuales, a cambio de que en El Mandho nuevamente puedan depositar las más de 80 toneladas diarias de basura que generan los ixmiquilpenses.
Al respecto, autoridades de presidencia municipal acusaron mediante comunicado que los responsables de dicha acción “son ajenos a los intereses de bien común de la comunidad de El Mandho”, asegurando además no cederán a presiones y que no comprometerán los recursos que son del pueblo para favorecer intereses de particulares, “como lo han hecho en otros momentos”, por no decir en la anterior administración.
En cuanto a la obstaculización del paso a camiones acopiadores de basura, reconocieron que resultaría afectado el servicio de recolección, lo cual se hizo evidente con la inmediata acumulación de desechos en calles y avenidas de barrios, colonias y zona centro de la cabecera municipal, no obstante que pidieron de manera oportuna a los habitantes que evitaran sacar la basura a la vía pública.
Dicho problema social se replicó en el vecino municipio de Alfajayucan, donde autoridades del Ayuntamiento señalaron que igual venían ocupando el basurero de El Mandho pero que sus camiones recolectores ya no pudieron realizar sus descargas de desechos, porque el mismo grupo vecinal también quería renegociar el uso diario de ese espacio pero el alcalde Julio Agustín Cruz Tovar aun no entablaba acercamientos.
Derivado de esa situación, no se hicieron esperar las inconformidades por parte de habitantes de Ixmiquilpan, al confirmarse que el basurero de El Mandho también estaba siendo utilizado por Alfajayucan, desde la pasada administración municipal, ante lo cual, en rede sociales, no pocos exigieron explicaciones y que revelen quién extendió el permiso correspondiente y bajo qué términos.
Sobre ese mismo tema, el regidor Enrique Simón Romero acusó que en Ixmiquilpan “otros municipios están tirando basura de manera clandestina, sin permisos ni concesiones”; esto, al no saberse de manera oficial si existe o no algún convenio formal, entre los ayuntamientos de Alfajayucan e Ixmiquilpan.
Por esas razones, exigió que los ayuntamientos involucrados “frenen ese tipo de prácticas, trabajen en favor de la mayoría y cuidando el medio ambiente”, además de pedir a sus compañeros de la Asamblea Municipal de Ixmiquilpan “para trabajar de manera conjunta y regularizar esa situación, porque nuestro municipio no es basurero del Valle del Mezquital y no lo podemos permitir”.
Entre tanto, autoridades de Ixmiquilpan pidieron apoyo al Ayuntamiento de Chilcuautla, para poder utilizar su relleno sanitario, porque continuaba bloqueado el basurero de El Mandho; sin embargo, en la tarde del reciente jueves 19, surgió la oposición de algunas comunidades chilcuautlenses, amenazando con retener a los camiones recolectores ixmiquilpenses, evidentemente en rechazo a compartir su centro de confinamiento de desechos sólidos.
