Por Rogelio Hernández López
Es paradójico, absurdo que en los últimos cinco años haya empeorado todavía más la situación general en la que se desempeñan las y los periodistas mexicanos. Esa es la conclusión que se deriva de los hallazgos de doce especialistas de cinco universidades mexicanas y una de Estados Unidos tras haber realizado la más grandes de las encuestas entre 486 profesionales de la información de las 32 entidades del país.
Júzguese. De 2017 a la fecha esto es lo que encontraron:
– Del total de personas que trabajan como periodistas 26 de cada 100 ya no lo hacen de tiempo completo;
– Pero un porcentaje menor de quienes sí trabajan de tiempo completo apenas tiene acceso a seguro social y vivienda sin otras prestaciones por incumplimiento de obligaciones patronales;
– Mas de 40 por ciento de las y los periodistas tiene otro empleo y la mayoría cumple jornadas mayores a las 40 horas;
– Los ingresos mensuales del 60 por ciento del total no rebasan los 15 mil pesos (el 24.9 gana 9 mil o menos y 35 por ciento hasta 15 mil);
– El número de quienes laboran como independientes sigue creciendo y ya casi son diez de cada cien periodistas (9.5 por ciento);
– En ese lustro aumentó la calificación académica y profesional y son más hombres jóvenes los que llegaron a esta actividad, pero la mayoría absoluta (80.9 por ciento) no ha podido especializarse porque tiene que reportar sobre temas diversos;
– Una gran mayoría del total cree tener más autonomía para trabajar pero también mayoritariamente percibe que no existe libertad plena en los medios de comunicación en México;
– En lo general se encontraron alta valoración de la deontología y el comportamiento ético en el ejercicio pero también dos modelos en el ejercicio de los encuestados: los que creen que el periodismo es el vigilante del poder y los que le conceden la función de ayudar a resolver los problemas sociales:
– El total de los encuestados ha padecido algún tipo de agresión solo el 14 por ciento recibió algún tipo de protección gubernamental:
En la conclusión final de la encuesta se asienta lo absurdo de este tránsito de las condiciones profesionales y laborales:
“La concurrencia de la alta profesionalización de periodistas (tanto en sus prácticas como en su deontología), condiciones laborales precarias y restricciones en la autonomía configuran un escenario problemático en por lo menos dos vías: Por un lado, a nivel del campo periodístico, expresan un potencial importante que no encuentra condiciones para desplegarse. Por otro lado, a nivel de los sujetos, es probable que esta contraposición se traduzca en niveles significativos de frustración profesional e incluso abandono de la profesión”.
La encuesta
La investigación completa se llama: Periodistas en México: encuesta de sus perfiles demográficos, laborales y profesionales
La encuesta, informan, se realizó a 486 periodistas y se hizo con base a un directorio de medios “a falta de una fuente confiable sobre el total de periodistas”. Eso más el trabajo de campo complementario y de estudios documentales se llevó a cabo de noviembre de 2021 a noviembre de 2022.
Los responsables y las universidades donde investigan son: Frida Rodelo y Celia del Palacio Montiel de la Universidad de Guadalajara; Mireya Márquez Ramírez, Grisel Salazar Rebolledo y Karles Daniel Manzo de la Iberoamericana; Martín Echeverría y Rubén Arnoldo González de BUAP; Armando Gutiérrez Ortega de la Autónoma de Baja California; Josefina Buxadé de las Américas en Puebla; Julieta Brambila, y José Luis Lemini Camarillo, investigadores independientes; Sallie Hughes de la Universidad de Miami y un sinfín de colaboradores que cumplieron tareas en las entidades de cinco regiones y estudios específicos.
Un trabajo similar con menos entrevistados y menos complejo se realizó en 2017 con el patrocinio de la mayoría de estas casas de estudio e investigación.
Los resultados de esta segunda investigación se anotan en 50 páginas, donde precisan con detalles su metodología, rutas de trabajo y hallazgos. (https://gmjmexico.uanl.mx/index.php/GMJ_EI/article/view/512/517?fbclid=IwAR1WapmVd9oxjoUGvXkDe-5-Rlse8Rxw3jkw2DjPr1Vs7H7sbfQH-zi6vfY)
Algunas conclusiones
“La exploración de los rasgos demográficos muestra que quienes practican el periodismo son en mayor medida jóvenes y hombres.
“Los datos muestran, además, una creciente profesionalización y especialización en términos de sus niveles educativos y acceso a preparación en el periodismo.
“En el terreno laboral, los resultados de esta encuesta dan cuenta de niveles bajos de indicadores que la literatura ha considerado clave ya sea para la estabilidad del empleo periodístico o bien para la producción de periodismo de investigación.
“En el primero de los casos se encuentran los bajos porcentajes de periodistas de tiempo completo y la significativa cantidad de periodistas independientes o freelance. En el segundo de los casos está la alta proporción de periodistas con una actividad remunerada adicional al periodismo y el bajo porcentaje de periodistas que se especializan en una sección o temática.
“Asimismo, los resultados permiten caracterizar al periodismo como un trabajo al que la mayoría de las personas periodistas dedican largas jornadas laborales, probablemente como consecuencia de la necesidad de tener dos o más empleos periodísticos.
“Si bien la mayoría de las y los periodistas gozan de las cuatro prestaciones básicas (seguro social, vivienda, aguinaldo y vacaciones pagadas), el porcentaje de periodistas con acceso a seguro social y vivienda es inferior al porcentaje de periodistas con trabajo de tiempo completo, aspecto que da cuenta del incumplimiento de obligaciones patronales en las organizaciones de medios.
Es asimismo importante resaltar que una cuarta parte de las y los periodistas ganan 9 mil pesos o menos (1.7 salarios mínimos de 2022).
“Respecto de los roles que guían su labor, en México las y los periodistas se hallan en su mayoría entre dos grandes paradigmas. Por un lado, el paradigma normativo propio del imaginario profesional del periodismo, consistente en la vigilancia al poder y la provisión de un foro de ideas y voces desde la neutralidad periodística. En segundo lugar, una función emergente que busca ir más allá y contribuir a resolver los problemas sociales de su entorno.
“En contraste con este alto nivel de autonomía que se percibe, hay una visión generalizada de que no existe libertad plena para los medios de comunicación en México.
“La mayoría de las y los periodistas considera que la ética periodística debe estar siempre orientada por los estándares profesionales, aunque un porcentaje significativo reconoce la posibilidad de apartarse de estos principios en circunstancias excepcionales.
“Con respecto a las agresiones y los riesgos a los que se enfrentan las personas periodistas, la encuesta destaca que todas las personas incluidas en el estudio han sufrido al menos un tipo de agresión. Además de enfrentar la exigencia de trabajar en un entorno con riesgo de contagio por COVID-19, los riesgos más frecuentes fueron el ser objeto de insultos o discurso de odio y la descalificación pública del trabajo periodístico, amenazas que podrían constituir un síntoma de la desvalorización social de la labor periodística derivada de al menos en parte de polarización política del país.
“Resulta llamativo que 80 % de las y los periodistas agredidos recibieron algún tipo de apoyo o protección de sus colegas periodistas, mientras que sólo 14 % recibió algún tipo de protección gubernamental.
“Esto puede explicarse por el hecho de que casi todas las personas encuestadas (98 %) percibe que la impunidad es el gran lastre para poder realizar el trabajo periodístico de manera plena, lo que da pistas sobre la desconfianza y la falta de eficacia de los mecanismos institucionales establecidos para atender la violencia contra la prensa.
“Frente a estas circunstancias, el apoyo que las y los periodistas reciben de su círculo inmediato, de las redes de defensa de periodistas, y del gremio en general parecen ser más importantes que la ayuda otorgada por las organizaciones de medios o el Estado mexicano.
“Sin duda estos hallazgos subrayan la necesidad de continuar explorando y debatiendo sobre los aspectos éticos y epistemológicos en el ejercicio del periodismo, considerando tanto los principios profesionales como las circunstancias individuales y contextuales que pueden influir en la toma de decisiones en las y los periodistas”.
Falta un dato
Las encuestas son el mejor método científico para conocer las percepciones y el estado de ánimo de poblaciones específicas o segmentos de ellas, siempre y cuando sus metodologías y trabajo de campo se realicen adecuadamente.
En esta investigación, la mayor que se haya realizado con estas mismas pretensiones, faltó un dato trascendental, pero ellos lo aclararon. No hay fuente o trabajo confiable para conocer el total de personas dedicadas al periodismo en México.
Al respecto, el periodista Roberto Fuentes Vivar, especializado en economía y finanzas ha realizado un seguimiento a los indicadores del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y supo que en mayo de 2022 existían registradas un total de 44 mil 364 personas ocupadas como periodistas donde se incluía a locutores.
El periodista, con otras fuentes. informó también que entre 2017 y 2022 fueron despedidos alrededor de 10 mil personas, la mayoría reporteros y editores de información;
Añadió que 9 mil 139 personas de las ocupadas en 2022 (20.6 por ciento del total) “trabajaban por cuenta propia o son empleadores, trabajadores sin pago y otros” y que obviamente la mayoría no cuenta con prestaciones laborales ni sociales. Y para mayo de 2023, informó también Fuentes Vivar que el segmento de los llamados independientes ya superaba los 18 mil. Se puede probar que las condiciones para hacer periodismo profesional en México han ido perdiendo grados de calidad, justicia laboral y seguridad desde 1999. Y ni las investigaciones académicas ni las organizaciones internacionales y nacionales de periodistas han logrado convencer de la necesidad de una política de Estado para que las y los periodistas profesionales sean considerados como los actores principales de una actividad del interés público. Mirada de reportero.