Por Carlos Camacho
Parece que al interior del Partido de la Revolución Democrática (PRD) los intereses que defiende el diputado federal, Héctor Chávez Ruiz, no coinciden con los del dirigente estatal, Francisco de Jesús López Sánchez, contra quien se insiste en su destitución, a pesar de que el Tribunal Electoral del Estado de Hidalgo (TEEH), ordenó su restitución, luego que fue removido de su cargo.
Para ese propósito, el de su defenestración, los opositores a Pancho López, han echado mano de la militante perredista, Mariela Escamilla Cortes, quien decidió ir a la máxima instancia electoral para controvertir la determinación del TEEH, el pasado 13 de abril, para que continúe en el cargo el regidor con licencia del municipio de Metztitlán.
Ser poco el amor y desperdiciarlo en celos, dice la conseja popular que aplica perfectamente para el PRD que con acciones como esta parece empecinado en quedar en un partido testimonial y no el referente político que fue a principios del año 2000 y que en Hidalgo logró espacios importantes en alcaldías y diputaciones locales, incluso alcanzó senadurías con José Guadarrama Márquez y con el finado Isidro Pedraza Chávez.
Hoy sólo cuenta con un diputado federal, Héctor Chávez Ruiz, y un local, y no más de una decena de alcaldías, de las que sobresale por su importancia la de Tula de Allende, cuyo representante, Manuel Hernández Badillo, busca a toda costa continuar por la senda política y aspira a una senaduría o a una diputación federal.
Al interior del PRD parece que nadie da su brazo a torcer y aunque hay una propuesta de salida a este conflicto, el legislador federal, que obedece a los intereses del dirigente nacional, Jesús Zambrano Grijalva y su alter ego, Jesús Ortega Martínez, parece no tener interés en que continúe López Sánchez como presidente.
Del lado del todavía dirigente estatal, se propuso que para dejar la dirigencia estatal se le podría nombrar representante del PRD ante el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH), pero al parecer ni esa propuesta aceptan las huestes de Héctor Chávez, quienes insisten en la salida del presidente.
Esto ocurre justo cuando el PRD es una incógnita política, pues no se sabe si será incluido en la coalición “Va por México” para las elecciones federales del próximo año, y tampoco si será un aliado o un lastre para el PRI y PAN en las elecciones locales concurrentes, para elegir diputados locales y alcaldes.
Ya veremos si el TEPJF ratifica la sentencia del TEEH o modifica la decisión y obliga al presidente estatal a dejar su cargo, aunque el costo político que pagarán los perredistas se reflejará el próximo año, cuando sus candidatos acudan a las urnas en busca de los votos que cada día van perdiendo, por esas disputas internas y por el desprestigio que cargan los partidos políticos ante la ciudadanía.
