Desaliento ciudadano y desdén electoral

Columna Balcón Político

Por Carlos Camacho

Dos organismos electorales creados ex profeso, siete partidos políticos y seis candidatos no tuvieron la capacidad de animar la elección extraordinaria del domingo pasado en el municipio de Cuautepec de Hinojosa, donde imperó el miedo ciudadano e inhibió la participación de los electores, a grado tal que sólo cuatro de cada 10 acudió a las urnas.

Ni el amplio despliegue de los cuerpos de seguridad, para garantizar una jornada en paz, fue suficiente para desterrar la percepción ciudadana de inseguridad que se vive desde hace más de cinco años, provocada por la presencia permanente de grupos delictivos dedicados particularmente al robo de hidrocarburo de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), ilícito que ha colocado a ese municipio entre los de mayor incidencia en el país.

Hoy, Cuautepec de Hinojosa es uno de los municipios más peligrosos del valle de Tulancingo, donde las autoridades federales, estatales y locales no han podido acabar con el flagelo de la inseguridad.

La baja participación ciudadana era un temor permanente se acentuó los últimos días previos a la elección extraordinaria y cuando el Instituto Nacional Electoral (INE) confirmó la sustitución de más del 80 por ciento de los ciudadanos que inicialmente serían llamados a ser funcionarios de casilla.

Los candidatos y sus partidos tampoco fueron capaces de animar la contienda y tres de ellos de plano desdeñaron el segundo debate de esos que organiza el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH) y que sólo atiende el 2 por ciento de la ciudadanía.

Cuautepec fue reflejo de lo que ocurre a nivel nacional, un desdén ciudadano por participar en temas político-electorales, a pesar de la importancia de su participación para elegir a nuestros gobernantes, de los que siempre nos quejamos por su falta de empatía con sus gobernados y de que sólo llegan al poder para beneficiarse a sí mismos.

Millones de pesos reciben organismos electorales, partidos y candidatos para promover el voto ciudadano, pero vele la pena también hacer notar que el abstencionismo beneficia directamente a partidos y candidatos cuando son malos contendientes y precisamente apuestan a una baja participación ciudadana para que con los pocos votos que alcancen, ganen “holgadamente” una contienda y el mejor ejemplo lo tenemos con el candidato ganador en Cuautepec, Jorge Hernández Araus.

Para la elección del domingo pasado, estaban llamados a las urnas 46 mil 252 ciudadanos, de los cuales, según datos del PREP, acudieron a las urnas 18 mil 224 (39.40 por ciento) y Hernández Araus alcanzó 7 mil 657 votos (42.01 por ciento); le siguieron el PVEM con 4,838; PRI, 3,271; PT, 1,464; PC, 327 y PAN, 309.

Por si algo faltara, el próximo alcalde de Cuautepec, carga con el desprestigio y una investigación por el presunto mal manejo de recursos cuando fue coordinador del Congreso local, por alrededor de cinco millones de pesos. Aun así, fue candidato y ganó.

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