Con música, Vendimia y Oración, la Fiesta en Honor a San Juan Bautista

Por Catalina Martínez Duarte

Entre olor a pan recién hecho, a taquitos, entre sonido con música regional y de un par de juegos mecánicos, la venta de algunos artículos, presentaciones artísticas y sobre todo las religiosas, se vive desde el pasado 15 y hasta este 24 junio la fiesta patronal de Tulancingo en honor a San Juan Bautista.

Es pequeño porque la celebración mayor que incluye la instalación de dos ferias es dedicada a la Virgen de Nuestra Señora de Los Angeles, patrona de la Arquidiócesis de Tulancingo; de hecho, fue a principios de los 80 cuando se retomó por el entonces párroco Josué Alvarado Hernández (+) junto con las hermanas religiosas filipenses con el obispo en turno Don Pedro Arandadíaz  y le ha dado continuidad al actual párroco Juan Bautista.

Pero no siempre fue así, en el libro “Tulancingo esbozo histórico” escrito por el tulancinguense José Lorenzo Cossio y Soto en 1939, dado a conocer cuando fue gobernador Guillermo Rossell de la Lama y como presidente municipal de Tulancingo, Eric Saucedo relata:

“San Juan Bautista patrono de Tulancingo se celebra no sólo con la función en la iglesia, sino también por todo el vecindario.

En todas las casas se hacía buena provisión de las flores especialmente las silvestres, como chicalote, trompetillas, cola de borrego y hojas de algunos árboles, siendo preferidas la de álamo por ser verdes de un lado y blancas por el otro.

Al amanecer del día 24 de junio todas las personas regaban las flores en el frente de sus casas. Algunas hacían artísticas alfombras con imagen del Santo Patrón formada con aserrín pintado de colores adecuados.

La mejor alfombra que yo vi fue la que anualmente se hacía frente a la tienda de Don Juan Bautista Ortiz que celebraba también su santo.

Otra alfombra muy bien hecha era la del maestro hojalatero Faustino Martínez que vivía en el segundo Callejón de Churubusco en la que ponía una corriente de agua, figurando el jordán a donde se veía al Bautista aplicando el agua a Jesús.

La población presentaba gran animación, porque todas las familias salían a ver las alfombras y a desayunarse en las huertas de Las Hortalizas y en los bordes del río; más tarde concurrían a la función de la misa solemne. No he sabido de ninguna otra parte de la República donde haya habido la costumbre de formar alfombras de flores. Hace poco en una revista extranjera vi que en las Islas Canarias existe esta costumbre, lo que hace creer que algún antiguo poblador la haya traído de allá.”

En el texto “Catedral de Tulancingo e la Doctrina Franciscana a la Arquidiócesis, de Patricia Sanabria-Vargas con el estudio introductorio de Pablo Serrano Álvarez en el apartado “Modernidad Borbónica; Parroquia de San Juan Bautista” refiere: “A pesar de no estar vacante el convento de Tulancingo, se expidió el decreto de trasferencia de la doctrina franciscana de Tulancingo a parroquia de San Juan Bautista el 14 de noviembre de 1754 (aunque algunos estudios consideran que fue el 16). Formaliza su secularización, que comprendió los bienes inmuebles con todos sus bienes muebles, así como rentas, fundaciones y dotaciones, la recién designada parroquia paso a formar parte de la arquidiócesis de México desde donde se designó su primer párroco (Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH)”.

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