Iván Reyes, al Rescate de la Cultura y la Lengua Otomí

Por Catalina Martínez Duarte

Adquirir respeto por la cultura que primero fue relegada por los nahuas y después por los mestizos, situaciones que los ha llevado a encerrarse en sus propios conocimientos, convirtiéndolos en un pueblo relegado, se entenderá con la ponencia “Analogía matemática de la magia otomí en el Valle de Tulancingo”, que se presentará este sábado 29 junio en el auditorio de la secundaria “José María Lezama”.

“Dioses prehispánicos se saben muchos de nahuas Quetzalcóatl, Huitzilopochtli, Tlaloc pero cuando hablamos de otomís es raro que uno sepa algún nombre, por eso he emprendió esa labor que quede en el imaginario colectivo, que se conozca la diversidad cultural del país, en la que los otomís son importantes en el país, en Hidalgo son el 50 por ciento aunque no estén reconocidos”.

El autor, estudioso vivencial del tema y ponente es Iván Reyes Vásquez nacido en el entonces Distrito Federal; llegó hace más de 40 años a Tulancingo lugar que reconoce como su ciudad, de donde por cierto fue egresado de la primera generación de la emblemática Secundaria Técnica 48 Japón.

Preparatoria Dos y después se fue a aprender a Ka-Boom el estudio mexicano más prestigioso en ilustración y arte secuencial, museografía que le dio la oportunidad de fundar los museos arqueológicos de Acaxochitlán, Zazacuala en Santiago Tulantepec, el parque recreativo de Tizayuca y trabajó el Parque Fundidora de Monterrey y en Oaxaca.

De 48 años creador de su propio destino en las artes, con una inquietud propia de pintar desde niño “es mi amor primigenio”; en el 2011 ganó el Premio Nacional en Cortometraje, expositor de fotografía en por lo menos 25 ocasiones.

Como muralista ha contribuido a Tulancingo con la obra de la Familia Burrón que se ubica en la ex estación del ferrocarril: “lo hice de manera particular como un homenaje a Gabriel Vargas, porque siendo oriundo de Tulancingo nunca se le ha hecho un homenaje real que cumpla las expectativas de semejante cronista del país con su arte de retratar nuestro México por décadas, y los gobiernos municipales lo han pasado por largo”; y en el costado esta “El descenso de los jaguares”.

Intervino dos espacios de la galería abierta en la que convirtieron los pilotes del puente frente a la colonia Jardines del Sur y está pintando el mural principal del Centro Cultural Ricardo Garibay.

En el gusto de crear y plasmar algo para los demás ha dado clases en varias instituciones; es pupilo del reconocido pintor Alejandro Rodríguez Creel de quien aprendió la técnica clásica: “no soy muy tradicional, tengo mi estilo y mi sello, mayormente trabajo el acrílico”.

El creativo, como se hace llamar: “desde hace 16 años entre en contacto con bädi otomí, que es el hombre sabio, el curandero, me maravillé de magia, cosmovisión, cosmogonía; me permitió ser su ayudante en uno de sus rituales, me quedé fascinado sobre todo porque me di cuenta de que tiene un sustento matemático”.

Iván Reyes, tomo notas y fotos cuando se lo permitían, empezó a cuestionarlo todos los días; “la charla que voy a dar es un compendio de vivencias con tres bädis importantes de Hidalgo, tratando de traducir al mundo contemporáneo una cultura milenaria y mágica”.

“Se tiene mucho conocimiento de la cultura náhuatl hay libros, pero no de la otopame hñähñu por ello es relevante de mi convivencia porque me hicieron aportaciones fantásticas; esta ponencia que les presentare lo hice hace dos años en el Coloquio Internacional de Otopames”.

Entonces llevó el nombre de “Estructuras en el microcosmo otomí y su analogía matemática, la alquimia de Santa Ana Hueytlalpan”; engloba música, colores, la matemática, como un crisol del universo en el que todo se mezcla con un conocimiento muy basto, en la charla de este sábado por la tarde incluye dos ejercicios para saber cómo funcionan los universos internos a través de la mente.

Reyes Vásquez tiene el libro “Nuestros dioses son falsos” que registra, por qué los otomís jóvenes ya no quieren seguir siendo bädis; esta por desarrollar un documental, entre su amplia contribución a la cultural del país, Hidalgo y Tulancingo.

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