Las mujeres jóvenes son quienes obtienen ingresos económicos más bajos por la brecha de género.
Por Ignacio García
En Hidalgo el 56 por ciento de la población económicamente activa ocupada se encuentra en la subocupación, es decir, que con los ingresos económicos que perciben no les alcanza para satisfacer sus necesidades básicas, por lo cual buscan otro empleo, incluso trabajan más horas a la semana que el resto de la población, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
El estudio elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que en el estado la población subocupada ha crecido 14 por ciento desde que comenzó la contingencia sanitaria ocasionada por la pandemia de Covid-19, debido a que el ingreso económico de las personas ocupadas descendió por el cierre de algunas actividades consideradas como no esenciales.
De acuerdo con la ENOE, las mujeres fueron las que se encontraron en el mayor nivel de subocupación, lo que implica una proporción de 1.3 por cada varón que buscó una fuente adicional de empleo, ya que la brecha laboral persiste por género en distintas actividades, aunado a que son las menos ocupadas en rubros como la construcción, manufactura, industria y minería, mientras que son las más ocupadas en áreas como los servicios, comercio, turismo y transporte.
De la misma manera, los municipios con mayor tendencia de personas subocupadas son Pachuca, Mineral de la Reforma, Tulancingo, Tizayuca, Tula y Zapotlán, mientras que las demarcaciones con la menor cantidad de personas ocupadas que buscaron una fuente de ingresos económicos adicional fueron en las demarcaciones rurales.
Entre grupos poblacionales por edad, las personas de entre 18 y 29 años de edad fueron las que menores ingresos económicos percibieron, por lo cual el 67 por ciento de la población se encontró en la subocupación, razón por la que superó el promedio nacional de personas ocupadas en el territorio estatal.
Sobre esta situación, Armando Vázquez Bárcena, investigador en Estudios de Población de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que el fenómeno de las personas subocupadas ha crecido en los últimos años a consecuencia de la precariedad laboral, ocasionada por la pérdida del poder adquisitivo y el aumento de la inflación.
El académico abundó que el problema de la subocupación se ha profundizado en estados con altos niveles de pobreza como son Hidalgo, donde la mayoría de las personas que trabajan perciben ingresos económicos inferiores al promedio nacional, por lo cual se encuentra entre los estados con los salarios más bajos del país.
Asimismo, el también integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) consideró que se deben fortalecer las acciones de combate a la subocupación para garantizar empleos mejores remunerados que permitan mejorar las condiciones económicas reales de la población económicamente activa que en la actualidad no tiene los ingresos económicos mínimos para atender sus necesidades sociales.
De la misma manera, manifestó que los hidalguenses trabajan más que el promedio nacional, ya que al no contar con salarios dignos deben buscar un empleo adicional, razón por la cual destinan más tiempo de sus vidas a cumplir con una serie de actividades laborales múltiples que el resto de la población no debe efectuar por la precariedad laboral.
Por su parte, Andrés Muñoz Chávez, joven recién egresado de la Licenciatura en Diseño Gráfico de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), reconoció que los ingresos económicos que obtiene en un puesto laboral son insuficientes para garantizar la cobertura de todas sus necesidades básicas, por lo que debe buscar otras alternativas.
“Los salarios son muy bajos, por ejemplo hay algunos lados donde te andan ofreciendo hasta cinco mil pesos al mes, con eso no alcanza para nada”, relató el joven que tiene dos trabajos para costear sus necesidades básicas, pues una sola fuente laboral le imposibilita allegarse mejores condiciones de vida.
“Yo cuando descanso en un lugar tengo que trabajar en el otro y viceversa, por eso realmente no descanso completamente un día, pero es lo que hay, porque si no, no alcanza para comer”, narró el joven, quien pese a su complicada situación económica, agradeció contar con dos fuentes de ingresos económicos que de alguna manera le permiten satisfacer sus necesidades básicas.
El diseñador gráfico admitió que cuando terminó sus estudios universitarios consideró la posibilidad de trabajar en el gobierno estatal, pero ante la falta de contactos, decidió buscar una fuente de ingresos económicos por su cuenta que finalmente obtuvo en la iniciativa privada, donde apenas sus dos trabajos le permiten cubrir la alimentación, vestido y renta.
Sin embargo, como el caso de Andrés, miles de jóvenes en Hidalgo se encuentran en una situación similar, ya que tanto los recién egresados de las universidades, como quienes no cuentan con estudios superiores no tienen acceso a empleos mejor remunerados que les permitan cubrir sus principales necesidades básicas.
Datos de la Secretaría de Economía federal (SE) colocaron a Hidalgo como uno de los estados con los ingresos económicos bajos a nivel nacional para la realización de cualquier actividad económica, por lo que entre las entidades del centro del país, apenas supera a Tlaxcala en cuanto al total de las personas que buscan obtener mejores condiciones económicas en el territorio estatal y que se agravaron a partir de la pandemia de Covid-19, así como de distintos problemas sociales.