Fomenta el ICAP la Siembra de Pino Piñonero en Tulancingo

Frenará el Deterioro Ecológico.

Por Catalina Martínez Duarte

Investigación y labor de alto impacto ambiental y económico para Hidalgo desarrollan en el Instituto de Ciencias Agropecuarias (ICAP) de la Universidad Autónoma del Estado (UAEH), científicos que llevan tres décadas de estudios del pino piñonero.

Adriana Hernández Lazcano, coordinadora de la carrera de Negocios Agropecuarios, maestra en gestoría y auditoría ambiental, profesora investigadora por 23 años; José González Ávalos coordinador de la carrera de Ingeniería Forestal, maestro en ciencias forestales por la Universidad Autónoma de Chapingo y doctorado en ciencias forestales, estudioso en la materia desde hace 30 años y los maestros en ciencias Nahún Fragoso López y Armando Hernández Vargas, forman el grupo de investigación en Manejo Forestal de Zona Áridas y Semiáridas.

Los profesionistas se han abocado en los pinos piñoneros y cactáceas basados en sus estudios: “México tiene tres grandes ecosistemas, selvas, bosques y desiertos con una importancia forestal de superficie el 72 % de todo el país, los desiertos ocupan más de la mitad del territorio nacional. Hidalgo tiene esos tres ecosistemas”.

“Las especies que se pueden aprovechar en la ingeniería forestal están en los bosques; la República Mexicana es el país en el mundo con mayor número de pinos con unas 70 especies, con piñoneros específicos que se dan en las zonas áridas, que ayudan al ciclo hidrológico, aportando beneficios con las semillas que se cosechan, sin ser importantes por la madera debido su porte bajo”.

“En lo económico, el kilo de piñón con cascara alcanza los 500 pesos, y sin cascara se eleva a los tres mil pesos. Por cierto ya se cosecha en la región en Tulancingo”.

Por si fuera poco: “El bosque piñonero captura carbono, son fuente de alimentos, refugio y casa de la fauna silvestre, las especie que crecen con estos árboles son de ornato y medicinales”.

Por ello los investigadores desde Tulancingo se han dedicado a elaborar el diagnóstico para sanar tierras infértiles, a la selección de semillas para inducir las de mayor consumo en el mercado y de ahí hacer las plantaciones con el consecuente beneficio social y económico para la población.

Así como a los estudios para mayor lograr producción, con avances como que un solo pino da hasta cuatro kilos de semilla, por lo que su investigación está abocada a que cada año se de ese resultado por árbol, representando unos 400 mil pesos anuales de ganancia, con la ventaja que no se derriba solo se recolectan los piñones; la longevidad es de hasta 120 años en esta especie perene, que con el paso el tiempo da más cosecha hasta tres generaciones.

En su avance están armando paquetes tecnológicos que contemplan cómo reproducir la planta, su plantación correcta y el tratamiento para que sean productivas.

“La ventaja de estos pinos es que son rudimentarios crecen en todo tipo de suelo, no son invasivos y no compiten, pueden convivir con otras siembras de alimentos o cultivos agrícolas, sistemas agroforestales, conocimientos que adquieren en la ingeniería forestal”.

El grupo de investigación ya produce planta porque ha logrado la propagación en el invernadero y están en la prueba de fertilización; en plantación y conservación esta comprobada porque ya existen pinos en las áreas verdes del ICAP, se les puede ver frondosos, de seis años ya con producción.

Continuarán con hacerlo extensivo, con un sistema económico y de alto impacto ecológico al combatir el cambio climático ya que permiten que el agua se filtre al subsuelo y la captación de carbono, en sus viveros cuenta con pinos piñoneros nativos de Zacatecas, Nuevo León y Tamaulipas que se ha adaptado a las regiones de Hidalgo, de éstos sus semillas llegan a costar en el mercado hasta ocho mil pesos el kilo.

Resaltan que su objetivo va enfocado por el sistema de producción y ventaja económica a beneficiará a las comunidades, así como contribuir a mejorar el medio ambiente.

No obstante, en sus observaciones y , los profesionistas afirman que quienes pueden dar este importante valor agregado a la vida son los ingenieros agrónomos y forestales que representan a estas alturas de la degradación ecológica, la salvación del planeta, aunque son carreras subvaloradas, actualmente en estas áreas el ICAP tiene una matrícula de 100 alumnos, ya que la inclinación es titularse como médicos o licenciados; “los recursos naturales son vitales para que nosotros como especie humana sigamos viviendo”.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio