Por Carlos Camacho
Los habitantes de la cabecera municipal y barrios conurbados de Tizayuca, amanecieron hoy sin servicio de transporte público, por las protestas de los trabajadores del volante, luego que uno de sus agremiados sufrió una severa golpiza por parte de operadores de mototaxis, protegidos por un grupo denominado “Los 300”, que provienen del Estado de México.
Apenas hace unos meses, los choferes tanto del transporte público local como el foráneo, también decidió suspender sus actividades, luego de la cadena de agresiones y amenazas de la banda denominada “Los Diablos” que pretendían aumentar el pago por el “derecho de piso”.
Si usted, querido lector, llega a ver algún autobús de los que corren de Tizayuca a la Ciudad de México (CDMX), con una calcomanía de un “diablito”, es que cumple con la petición de “Los Diablos” y paga su cuota para que no lo molesten.
La tarde del domingo, alrededor de las 18:30 horas, según los reportes policiacos, un joven taxista que llegó a la parada de la plaza Tizara, intentó quitar una motocicleta que brinda también servicio de transporte público. Los dos conductores se hicieron de palabras, pero luego llegaron los refuerzos en apoyo del mototaxista y golpearon al otro conductor, quien sufrió serias lesiones.
A consecuencia de esta agresión, desde ayer, los transportistas tanto de taxis como de Urvans, decidieron suspender el servicio y demandaron el apoyo de las autoridades, que a través de un comunicado sólo se limitaron a lamentar la agresión que sufrió el taxista y llamaron a las organizaciones de transporte a no suspender el servicio “que es tan necesario para la ciudadanía”.
De frenar las agresiones y brindar más seguridad a taxistas y ciudadanos, nada y por lo pronto, las protestas siguen en un municipio donde la presencia de los grupos delictivos es innegable y la inseguridad aumenta.