Pachuca, caos y esperanza

Por Carlos Camacho

Por si algo nos faltara, esta mañana el centro de la capital hidalguense, amaneció bloqueado por comerciantes ambulantes, conocidos como “fayuqueros”, luego que autoridades municipales decidieron retirar sus estructuras metálicas para prohibirles la venta de sus productos en la vía pública.

De por sí, la imagen de Pachuca es la peor de los últimos años: baches por todos lados, basura acumulada en cada esquina de la ciudad, niveles de aprobación reprobatorios para nuestras autoridades locales, que se quejan de que no recibieron apoyo para desempeñar con atingencia sus tareas esenciales.

Un sindicato confrontado y abiertamente peleado con el patrón, al que le reclaman aumento salarial, servicios de salud dignos, uniformes y herramientas para el buen desempeño de sus labores.

Todos los parques y jardines de Pachuca sufren deterioro y descuido por falta de mantenimiento, eso, sin contar con los niveles de inseguridad que cada día aumentan más.

Por fortuna, a las actuales autoridades les quedan menos de un mes para dejar sus respectivos cargos y sobre ellos pesará el fantasma de la justicia si acaso se confirmara lo que públicamente se ha expuesto: que en la actual administración municipal, la lista de “aviadores” es extensa y la corrupción es creciente en áreas como la encargada de atender el tema de los comerciantes establecidos y ambulantes.

En el sentido opuesto y como una luz de esperanza, el futuro presidente municipal, Jorge Reyes, ha atendido antes de asumir su cargo, la petición de colonos del fraccionamiento Campo de Tiro, que pasaron meses con la misma demanda, sin ser escuchados.

La semana pasada hubo reunión de colonos con el alcalde entrante, en el jardín de la colonia para acordar la pavimentación de parte del circuito vial y esta semana comenzaron los trabajos con ese propósito. No habrá que esperar al 5 de septiembre para saber que la voz de los pachuqueños es escuchada y atendida casi de inmediato. Eso genera la esperanza de que las cosas serán distintas, para bien.

Por lo pronto, los capitalinos seguiremos lamentando el deplorable estado que guardan calles, avenidas por el creciente número de baches, convertidos en verdaderos hoyancos, además de los “cerros” de basura en cada esquina del centro y la periferia. Hasta que concluya la peor gestión administrativa de la historia moderna de Pachuca.

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