No paran los huachicoleros

Columna / Balcón Político

Por Carlos Camacho

La Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo, reportó que en dos operativos recuperaron seis mil 400 litros de hidrocarburo, detuvieron a una persona y aseguraron dos vehículos, como parte del refuerzo en los patrullajes y filtros carreteros para inhibir la actividad de los grupos dedicados al robo de combustible en perjuicio de Petróleos Mexicanos (Pemex).

No está por demás decir que el gobernador Julio Menchaca Salazar ha pedido que estos delitos dejen de ser considerados como “federales” para que los estados coadyuven en las acciones de la Guardia Nacional (GN) o de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Además de que se aplique la extinción de dominio y que tanto bienes inmuebles como muebles, sean entregados al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, con un efecto positivo al estado donde se cometen este tipo de delitos.

Por lo pronto, los grupos delictivos dedicados al robo de hidrocarburo siguen colocando a Hidalgo en el primer lugar, entre las entidades del país, donde con mayor frecuencia se comete este ilícito.

Son 18 los municipios con mayor incidencia, encabezados por Cuautepec de Hinojosa, que lleva por lo menos seis años con ese nada honroso sitio y de acuerdo con el reporte del Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal, de Pemex, coloca a Hidalgo en el primer lugar entre las entidades con mayor número de “piquetes” a los ductos de la paraestatal, con un total de 912 en los primeros meses del 2024.

Le siguen Jalisco, con 856; Tamaulipas, con 519 y Puebla, con 463. En el primer trimestre de este año, se reportaron en Hidalgo 717 “ordeñas”, la mayoría de ellas en Cuautepec de Hinojosa.

Por el número de atracos, le siguen Ajacuba, Atotonilco de Tula, San Agustín Tlaxiaca, Tepeapulco, Tetepango, Atitalaquia y Tlaxcoapan; con menor incidencia se ubican Santiago Tulantepec, Epazoyucan, Nopala de Villagrán, Pachuca, Chapantongo, Tlahuelilpan, Tlanalapa, Huichapan y Mineral de la Reforma.

Ni los decomisos de vehículos, aseguramiento de predios donde se almacena el combustible o incluso las construcciones sobre ductos, donde se hacen perforaciones de ductos para la carga constante de pipas, han espantado a los grupos dedicados al robo de hidrocarburo y por lo pronto no se ve por dónde pueda reducirse esta práctica que daña a la economía nacional y genera inseguridad en los sitios por los que cruzan los ductos de Pemex.

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