Inseguridad, corrupción y nula inversión, hunden a Tula

Por Carlos Camacho

Ni la organización de eventos de talla internacional, como un maratón o la actuación de ,la cantante Lila Downs, han ayudado a cambiar la imagen del de por sí golpeado municipio de Tula de Allende, lo que complica las pretensiones de su presidente municipal, Manuel Hernández Badillo, de convertirse en el 2024 en diputado federal o, ya de perdida, senador de la República.

Y por si algo faltara, esta semana, vecinos de Ciudad Cooperativa Cruza Azul, salieron a las calles para protestar por la inseguridad y ya encarrerados, demandaron la dimisión del alcalde, emanado de las filas del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Quien tampoco quita el dedo del renglón, para exhibir al gobierno municipal, es el regidor y ex candidato a la presidencia municipal, por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Ricardo Baptista González, quien recurrentemente pide cuentas claras a las autoridades en las sesiones de Cabildo, pero no le hacen caso.

A propósito de la contratación de la internacional Lila Downs, el ex diputado local de Morena, acusó que se infló el recurso que se dispuso para pagar a la artista, pues, según sus cuentas, ella cobra alrededor de 600 mil pesos por actuación y al presidente municipal se le aprobó un presupuesto de un millón 400 mil pesos.

Tula de Allende, además de sufrir inundaciones y daños en el patrimonio de cientos de familias, que aún no se recuperan de esa desgracia, está sumido en la violencia. Su ubicación geográfica, al sur del estado y cercana al Estado de México y la Ciudad de México, han convertido al centro de la cultura Tolteca, en el centro de operaciones de grupos delictivos organizados, entre traficantes de drogas como personas dedicadas a la sustracción y venta ilícita de hidrocarburos.

“!Fuera Badillo!”, “!Queremos que regrese el IMSS!” y “!Tula hundida en la corrupción!”, fueron algunas de las leyendas escritas en las pancartas que portaron los vecinos de la Cruz Azul, para exigir mayor seguridad y servicios básicos, suspendidos por el conflicto que vive la empresa cementera La Cruz Azul.

Ricardo Baptista resumió los problemas que padece su municipio en una frase: “no hay obra pública, no hay seguridad, no hay servicios públicos y no hay reactivación económica.

Ante este panorama, más, mucho más, tendrá que hacer el alcalde, primero para cumplirle a sus gobernados y luego para recuperar la simpatía de los votantes, si es que aspira a seguir ascendiendo en su carrera política, como ha declarado y en ese propósito ha ordenado espectaculares con su imagen, que aparecen a orilla de carreteras o grandes vialidades de distintos municipios de la entidad.

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