Escasez de agua y Abundancia de protestas

Por Carlos Camacho

En la comunidad de Huitzila, municipio de Tizayuca, se conjugan la desconfianza y el temor de los vecinos por la pretensión de las autoridades de enviar el agua de su pozo a la Ciudad de México (CDMX), en perjuicio de los lugareños.

Acá en Pachuca, los vecinos del sur de la ciudad manifestaron su desesperación por el deficiente suministro a sus viviendas y bloquearon calles para exigir de las autoridades soluciones a sus padecimientos.

Los habitantes de Zimapán también piden a quienes pretende representarlos como legisladores federales y locales, además de las autoridades municipales, frenen la pretensión de llevarse el agua a Querétaro, además de resolver un añejo problema derivado de la contaminación de los pozos con arsénico, que afecta seriamente la salud de los consumidores, quienes se abastecen de una red que se tendió desde el municipio de Tasquillo, donde el agua de los manantiales que brota libremente se va irremediablemente al cauce del río Tula sin ser aprovechada por nadie.

La Laguna de Tecocomulco se está desecando paulatinamente y ni los proyectos para evitar su deterioro han sido suficientes para evitar que el embalse tenga menos agua cada vez más.

Los otrora caudalosos ríos de la huasteca y la sierra hidalguense, han reducido sus cauces por la poca corriente de agua que llevan; la presa de El Durazno, está completamente seca.

Es cada vez más extensa la lista de efectos provocados por la sequía y la ausencia de lluvias, que impactan negativamente en el abasto de agua potable en las zonas urbanas.

La Comisión de Agua y Alcantarillado de Servicios Intermunicipales (CAASIM), ha sido incapaz de atender las cotidianas demandas de suministro y a pesar de que desde el año pasado el gobernador Julio Menchaca Salazar anunció la perforación de seis pozos más, la gente sigue padeciendo por la escasez del agua.

Nuestros actuales y futuros representantes populares, han tomado el tema de la crisis hídrica como una bandera política y prometen leyes (que ya existen) para que se invierta más en infraestructura y en mejorar los sistemas de uso agrícola e industrial.

Pero, la realidad es que hasta ahora los padecimientos continúan, las protestas no cesan y las inversiones no llegan. Además, la amenaza de llevarse el agua de Hidalgo a la Ciudad de México y a Querétaro, siguen latentes, con el argumento de que el agua no es del pueblo, es de la nación y el gobierno federal tienen la facultad de decidir cómo se distribuye.

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