El caso Willy Trejo, toda una maraña de intereses perversos

Por Carlos Camacho

En el caso Willy Trejo se han vinculado, de manera altamente perversa, la ambición, el dinero, el poder y la política, que tienen como víctimas involuntarias a dos menores de edad, quienes fueron arrancadas de su familia más cercana y padecen esta historia dentro de un refugio, en espera de que la trama tenga un desenlace final, de una historia que comenzó hace aproximadamente dos años en el municipio de Zimapán.

Hace aproximadamente dos semanas, fueron detenidos en Quinta Roo, Arturo Williams Trejo Leal (Willy Trejo) y su esposa Eva Medina, y tras seis días de encierro, la jueza Janeth Montiel Mendoza, ordenó la libertad de la pareja, que ahora busca por todos los medios esclarecer la trama y demostrar su inocencia en la acusación que pesa sobre ella, respecto del presento abuso sexual de sus dos sobrinas, hijas de una de sus hermanas.

Willy Trejo enfrenta acusaciones de su propia hermana, por un tema relacionado con la herencia que les dejó el padre, Arturo Trejo y excluyó a una de las hijas, lo que ha derivado en una intensa lucha por los bienes heredados.

En este entramado, aparecen las dos menores hijas de una de las hermanas, a quien ofreció su apoyo la diputada local del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Carmen Lozano para quien Willy Trejo es culpable del abuso a sus sobrinas, un asunto que ha llevado hasta la máxima tribuna del Poder Legislativo local y ha buscado el apoyo de otras legisladores tanto de Morena como del PRI; sin tener eco, hasta ahora.

En un comunicado, el afectado sostuvo que la legisladora “utiliza la máxima tribunal del Congreso Local para mentir y manipular a sus compañeras diputadas”, además, hace unos del tráfico de influencias para presionar a los agentes del Ministerio Público que llevan el caso de las dos menores.

Willy Trejo sostiene que Carmen Lozano, vieja compañera de luchas sociales, pretende afectarlo políticamente y para ello se ha puesto de lado de la hermana, madre de las dos menores, en busca de encarcelarlo y tener un adversario político menos.

“No pido nada, más que justicia, para mis sobrinas, para mí y mi esposa. Que las cosas se esclarezcan”, dice Willy Trejo, quien lamenta que en una disputa familiar por una herencia, que derivó en un asunto político por la intromisión de Carmen Lozano, las más afectadas sean las niñas, quienes ahora viven en un refugio, alejadas de su madre y sus demás familiares.

Muestra un grueso expediente que contiene documentos diversos, entre peritajes médicos, denuncias, declaraciones y otras pruebas con las que busca mostrar su inocencia. Explica uno a uno y busca por todos los medios “que se sepa la verdad” y “la verdad salga a la luz”, pero sobre todo, que sus sobrinas tengan una vida plena, saludable y sin los sobresaltos a los que han sido sometidas, por esa perversa combinación de poder, dinero, ambición y política.

Al final, serán las autoridades competentes quienes desenreden esta maraña y determinen a quién le asiste la razón.

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