Covid, los efectos a tres años de su aparición

A la memoria de Rafael Lugo Hernández, un gran deportista y mejor ser humano

Por Carlos Camacho

Dicen las autoridades del sector salud federal, que el Covid-19 (SARS-CoV-2) será un mal estacional, lo que significa que deberemos aprender a convivir con este mal, aparecido hace tres años y que el 18 de marzo pasado cumplió tres años de aparecer en nuestro país y cambiarnos la vida de manera sustancial a todos los mexicanos.

Millones de contagios, miles de muertes, daños colaterales en la salud de cientos de miles, por el estrés, derivaciones consecuentes como aumento en la violencia intrafamiliar, pérdida de empleos y consecuentemente impactos negativos en la economía de miles de familias, son algunos de los efectos que dejó este mal, aún no superado del todo.

Simplemente la aparición del Covid-19 nos cambió la vida a todos. Obligó al cierre de empresas, al cambio de actividades en centros escolares, en oficinas diversas, para trocarlas, por ejemplo, en millones de alumnos, de clases presenciales a virtuales. Ausentismo y deserción escolar.

Mercados y comercios en quiebra, muchos de ellos obligados a cerrar temporalmente, sin posibilidades de reabrir por su precaria economía. Despidos de miles de personas y ajustes severos en las plantillas laborales del sector formal, así como el daño a la economía informal, de la que dependen el 70 % de la población económicamente activa.

Aquí en nuestro estado, reporta la Secretaría de Salud, los dos primeros casos reportados en marzo del 2020, fueron de dos personas, una de Pachuca, que viajó a Francia y otra que estuvo en Estados Unidos.

Desde entonces a la fecha, suman 127 mil 677 contagios y 8 mil 376 defunciones. En el 2020, se reportaron 35 mil 866 contagios, un año después, 55 mil 316 y el año pasado 36 mil 495. Pachuca, encabezó la lista de municipios que acumularon el 51.8 % de casos. En total, la capital del estado sumó mil 408 fallecidos por este mal.

Por desgracia, para autoridades sanitarias en nuestra entidad y algunos municipios, hoy incluidos en lo que se llama la “Estafa Siniestra”, fue la oportunidad de sacar provecho a costa de la vida de muchas personas, pues desviaron recursos destinados a atender a personas contagiadas por el Covid-19 y lo destinaron a sus cuentas personales, según deriva de investigaciones hechas por el actual gobierno, cuyos resultados respecto de responsables y consecuentes sanciones, no se han conocido aún.

Es deseable que la mala experiencia que nos ha dejado el Covid-19, que no termina de irse y como afirman las autoridades federales, es un “mal estacional”, sirva para corregir errores y castigar a quienes abusaron de la confianza de sus jefes para aprovechar la necesidad de la gente y enriquecerse a costa del erario estatal.

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