Columna Balcón Político
Por Carlos Camacho
En 10 años, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se ha convertido en una aplanadora electoral y ha acaparado la mayoría de cargos de elección popular, que van de la presidencia de la República, pasan por el Congreso de la Unión, la mayoría de estados (23) y mayoría en los Congresos locales y lo hicieron con la propuesta de ser un partido diferente a los conocidos, además de enarbolar el estandarte de la lucha contra la corrupción con la promesa de “no mentir, no robar y no traicionar”.
Pero en los hechos, muchos de sus representantes apenas se apoltronaron en los sillones del poder, en sus distintos niveles, y comenzaron a hacer lo que sus antecesores: “pellizcarle” al presupuesto, colocar en la nómina a sus parientes, usar vehículos de lujo, comer en lujosos restaurantes y darse una vida alejada de la “austeridad republicana”, que proclamó en su oportunidad el ex presidente Andrés Manuel López Obrador.
Por ejemplo, en Tulancingo la alcaldesa Lorena García dio rienda suelta al nepotismo y contagió a sus colaboradores más cercanos, que colocaron en la nómina a su parentela más cercana.
En Tula de Allende, en Cabildo, mayoritariamente morenista, aprobó compra de mobiliario y equipo de cómputo a sobre precio, como denunció el regidor independiente, Noé Paredes Meza.
En Zempoala el antecesor de Francisco Sinuhé Ramírez Oviedo, el 4 de septiembre (un día antes del relevo institucional en la presidencia municipal), “pagó” una mesa para la sala de Cabildo, a un costo de 110 mil pesos. Se hizo el pago, pero la mesa ¡nunca llegó!
Los anteriores, son botones de muestra de que los nuevos funcionarios postulados por Morena, no están atendiendo a los postulados de Morena, que logró teñir de guinda casi todo el país, con la promesa a la ciudadanía de que serían diferentes a los gobiernos del conservadurismo.
Dijeron que sería diferentes a los gobernantes del entonces todo poderoso Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que desbancaron aprovechando el hartazgo ciudadano, pero algunos de sus representantes, parecen no entender y con sus acciones dañan a un instituto político que se ha prometido así mismo, mantenerse en el poder al menos otras tres décadas.
Pero al ritmo que van…