Columna Balcón Político
Por Carlos Camacho
Decía Darío Pérez González (acalde de Pachuca a finales de los 70) que la principal responsabilidad de la autoridad municipal era brindar servicios a sus gobernados. Las obras eran responsabilidad de los gobiernos estatal y federal.
No estaría de más que los presidentes municipales de la entidad, que comenzaron sus gestiones el pasado 5 de septiembre tomen esta filosofía del extinto Pérez González, para atender las demandas prioritarias de la ciudadanía, que son servicios básicos como recolección oportuna de basura, alumbrado público, control del comercio ambulante, calles en buen estado y, de manera particular, seguridad.
Uno de los deficientes servicios es el de la recolección de basura, que no sólo se convierte en un problema de salud pública, se vuelve un asuntos social y hasta político.
Un ejemplo de lo anterior es lo que ocurre en la huasteca, entre los municipios de Huejutla y San Felipe Orizatlán, por temas de recolección y depósito final de los desechos sólidos de un municipio que de manera unilateral se depositan en el otro.
Al menos así lo plantean en su queja las autoridades de San Felipe Orizatlán, que encabeza el alcalde Carlos César Pérez Escamilla, quien acusa que “como ladrones en la noche, camiones de basura de un municipio vecino cruzan ilegalmente a San Felipe Orizatlán arrojando sus desechos a nuestro suelo”.
En una conferencia de prensa, el munícipe advirtió que precederá legalmente contra el alcalde involucrado. “San Felipe Orizatlán no será basurero de nadie”, advirtió para sostener que no tolerará el abuso ni la impunidad”.
En Pachuca y Mineral de la Reforma, este ha sido también tema de conflicto y para el caso de la capital hidalguense, se aumentó la flotilla de unidades para la recolección de basura, como también se ha hecho en el vecino de Mineral de la Reforma, sin embargo aún se aprecian los “cerros” de desechos en las esquinas de las calles.
Además de que los vecinos de El Huixmi, donde se encuentra el relleno sanitario que atiende a Pachuca y Mineral de la Reforma, se han manifestado ya en la sede de la Semarnath, donde arrojaron montones de basura para exigir que no se cierre su fuente de trabajo.
DE no resolverse este tipo de asuntos, pueden trascender de una deficiencia de las autoridades, en conflictos sociales y políticos, que en nada abonan a la de por complicada vida en las ciudades donde, por si faltara algo más, la inseguridad aumenta cada día.