Por Ignacio García
En Hidalgo, el 70 por ciento de las personas que forman parte de los pueblos originarios padecen algún tipo de discriminación laboral, debido a que tienen pocas probabilidades de insertarse en el mercado laboral especializado y se encuentran entre los trabajadores con menores ingresos económicos, de acuerdo con el Estudio “Pueblos Originarios y Acceso Laboral en México y a nivel subnacional”, elaborado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El estudio reveló que las personas que provienen de las comunidades indígenas de distintas regiones como la Huasteca, la Otomí-Tepehua, así como la Sierra Alta y Baja, además del Valle del Mezquital tienen menores probabilidades de insertarse en el mercado laboral industrial especializado.
De acuerdo con el estudio elaborado por académicos de Sociología, Antropología y Economía, las mujeres padecen mayores condiciones de rezago que se intensifican en distintas regiones, principalmente aquellas que tienen distintos problemas de comunicación, pues no pueden hacerlo con otro lenguaje.
De la misma manera, sólo el uno por ciento de las personas identificadas como indígenas tienen algún cargo directivo o ejecutivo en el sector laboral, es decir, que son tomadores de decisiones, mientras que ninguna mujer tiene acceso a esta situación económica, por lo cual existe una brecha laboral profunda en el ámbito de la ocupación.
Al respecto, Catalina Guevara Muñoz, investigadora de Estudios Interculturales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), dijo que la falta de acceso a los cargos directivos y ejecutivos para los indígenas es una problemática que no se ha atendido, pues aunque paulatinamente se han incorporado en el sector laboral, no lo hacen en los principales puestos tanto del sector público como del privado.
La académica explicó que se trata de una situación que se agrava más en el caso de las mujeres, quienes padecen mayor discriminación laboral para formar parte del sector laboral, con lo cual la representación en la toma de decisiones en los ámbitos privados y públicos no han sido garantes de mejores condiciones de vida.
La también integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) expuso que el tema de la representación de las poblaciones indígenas en el sector público a través de las acciones afirmativas han sido un ejercicio positivo que aún es insuficiente para atender los principales rezagos sociales que han padecido y que los han invisibilizado.
Asimismo, manifestó que los tipos de discriminación se producen por la forma de hablar y su lengua, así como su vestimenta e incluso por su tono de piel, los cuales son aspectos que pese a que no deben ser determinados como factores que impiden el acceso a un derecho laboral, no se aplica en los contextos directivos y ejecutivos.
Sobre esto, Gabriela Pérez García, gestora cultural y defensora de las lenguas indígenas del Valle del Mezquital, refirió que las acciones gubernamentales que se han efectuado para garantizar la inclusión de las personas indígenas han sido insuficientes para que accedan a mejores condiciones laborales, pues la mayoría perciben ingresos económicos inferiores.
La también activista manifestó que en el sector privado es una situación más preocupante, debido a que las personas originarias de los pueblos indígenas tienen menos oportunidades de insertarse en el mercado laboral especializado o industrial, con lo cual se puede desalentar su participación en los espacios profesionales y laborales.
De la misma manera, relató que la situación se profundiza cuando no existe alguna acción del Estado para mejorar las condiciones de trabajo de los empleados para quienes provienen de los sectores más vulnerables de la sociedad, lo que a su vez ha intensificado las situaciones de pobreza.
“No han existido acciones suficientes por parte del Estado para mejorar la situación laboral de las personas indígenas”, apuntó la defensora de las lenguas indígenas, quien también aseveró que las mujeres carecen de menos alternativas de desarrollo laboral, pese a que se han preparado académicamente para formar parte de distintos puestos de representación.
Por otro lado, Ángel Flores Montes, egresado de la Universidad Politécnica de Tulancingo (UPT) y oriundo del municipio de San Bartolo Tutotepec, reconoció que no tuvo oportunidades de formar parte de una empresa industrial de la región que recientemente abrió sus puertas, y se trate de una situación que padecen desde hace varios años.
El ingeniero industrial lamentó que no existen condiciones para que las personas que egresaron de los planteles educativos y son indígenas tienen pocas opciones de desarrollarse o insertarse, por lo cual comentó que es más fácil participar en el sector público que en la iniciativa privada.
“A mí me dijeron que me llamarían, y contrataron a un chavo que está güerito y que no había terminado la carrera, pero por su apariencia sí le dieron el contrato, aunque yo saqué mención honorífica”, narró el joven, quien lamentó que aún tienen que esforzarse más las personas de los pueblos originarios para formar parte de una actividad profesional.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las personas indígenas presentan un mayor rezago en cuanto a su incorporación laboral, por lo cual en promedio tienen un salario que ronda entre uno y dos salarios mínimos, por lo que no se encuentran entre los sectores con las remuneraciones económicas más elevadas.