Cómo Sobrevivir a la Exposición Mediática de la Violencia

Por Ernesto Palma F.

Estar al día de lo acontece en nuestro país, a través de los diarios, revistas, noticieros o redes sociales, es una práctica común e indispensable en las rutinas cotidianas. Sin embargo, esa costumbre puede ser nociva para nuestra salud mental y emocional, debido al lamentable incremento de hechos delictivos y violentos que padece la población en la actualidad. La información que recibimos sobre la descomposición social que vivimos cada día, puede ser abrumadora, asfixiante y devastadora de nuestro equilibrio emocional.

Es importante tener en cuenta que el impacto de la sobreexposición a la violencia, puede variar de una persona a otra y depende de muchos factores como la edad, la vulnerabilidad, el contexto social y la capacidad para procesar y comprender la violencia.

Esta sobreexposición a la violencia a través de los medios de comunicación y las redes sociales, tiene un impacto significativo en la salud emocional, que puede manifestarse de diferentes maneras, como estrés, ansiedad, depresión, agresividad y otras condiciones de salud mental.

La exposición crónica a la violencia puede hacer que una persona se vuelva insensible o menos afectada emocionalmente por la violencia y provocar la pérdida de empatía y la disminución de la capacidad de entender y responder adecuadamente a las emociones de los demás.

Diversos estudios científicos han demostrado que la exposición crónica a la violencia provoca cambios en la estructura y funcionamiento del cerebro. Esto puede incluir una disminución en el volumen de ciertas áreas del cerebro -como la amígdala y el hipocampo- que están involucradas en el procesamiento de las emociones y la memoria.

La sobreexposición a la violencia también distrae y dificulta la capacidad de una persona para concentrarse en tareas importantes. Esto afecta el rendimiento académico, laboral y otras áreas de la vida diaria. La exposición constante a la violencia aumenta la probabilidad de que una persona exhiba comportamientos agresivos o de intimidación hacia los demás.

La exposición habitual a hechos violentos, genera sentimientos de miedo, indefensión y desesperanza,  que afectan la autoestima y la confianza en sí mismo. Además, la práctica continua de visualizar continuamente hechos violentos, altera la capacidad de una persona para establecer y mantener relaciones saludables, lo cual afecta la calidad de vida y el bienestar general.

La exposición a la violencia puede tener un impacto especialmente negativo en los niños y adolescentes, cuyo desarrollo emocional puede verse comprometido al experimentar dificultades en el control de sus emociones, problemas de conducta, dificultades académicas y un mayor riesgo de involucrarse en comportamientos agresivos o autodestructivos.

Necesitamos cuidar nuestra salud mental y evitar -en lo posible- sobreexponerse a información sobre hechos violentos, como los que se suelen difundir por las redes sociales y en un caso extremo, buscar ayuda profesional y apoyo para abordar y superar los efectos negativos.

A continuación se describen algunas sugerencias para disminuir los efectos negativos de la exposición mediática de la violencia:

Se recomienda limitar el tiempo de exposición a noticias y programas violentos para mantener un equilibrio mental y emocional. Establecer un límite diario o semanal para ver o leer noticias violentas puede ser útil, así como buscar fuentes de noticias que ofrezcan una visión equilibrada de la violencia y que no exageren ni distorsionen los hechos.

Evitar medios de comunicación sensacionalistas que sólo buscan aumentar el impacto emocional y tratar de consumir noticias e información que no estén relacionadas únicamente con la violencia. Comprobar la veracidad de las noticias antes de compartirlas o dejarse llevar por ellas. Confiar en medios de comunicación profesionales y contrastar la información con varias fuentes y buscar temas positivos, educativos o entretenidos para equilibrar el contenido mediático.

En lugar de centrarse sólo en los problemas y la violencia, se recomienda enfocarse en las soluciones y en acciones positivas que se estén llevando a cabo para contrarrestar la violencia. Esto puede ayudar a mantener una perspectiva más equilibrada y esperanzadora. Se requiere practicar ejercicio con regularidad e incorporar técnicas de relajación, meditación o mindfulness a sus rutinas diarias, así como procurar actividades que generen alegría y bienestar personal. Esto puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. También se sugiere hablar sobre la violencia, sus causas y efectos con familiares, amigos o profesionales, puede ser útil para procesar las emociones y obtener diferentes perspectivas.

Las tecnologías pueden tener un impacto negativo en nuestra salud mental, si se utilizan de manera excesiva. Es necesario establecer límites y tiempos específicos para usar dispositivos electrónicos y evitar las redes sociales o contenido que genere ansiedad o malestar.

Finalmente, si siente que su salud mental está afectada de manera significativa, no dude en buscar ayuda de un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra. Ellos pueden proporcionarle las herramientas y el apoyo necesarios para cuidar su salud mental de manera adecuada.

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