El jueves podría ponerse fin al conflicto generado en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), siempre y cuando las negociaciones no se atoren en el punto que considera la renuncia del rector, Octavio Castillo Acosta, responsable formal de la escalada de protestas que mantienen en paro una parte importante del campus universitario.
Las autoridades universitarias han aceptado iniciar el diálogo a través de diferentes mesas de discusión, en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHU), aunque ya lograron uno de sus primeros objetivos, que es la destitución de José Esteban rodríguez Dávila, quien decidió prolongar su gestión más allá del tiempo establecido, aprovechando la pandemia provocada por el Covid-19.
A este dirigente, se le señaló de estar más inclinado a defender los intereses de las autoridades universitarias y no de sus representados, a quienes él personalmente agredió cuando intentaron invadir el edificio de Abasolo 600.
Los manifestantes exigen la destitución de los trabajadores que agredieron a estudiantes y sus familiares el día que acudieron al edificio histórico de rectoría, ubicado en la calle de Abasolo, el pasado 19 de septiembre.
Aunque han dejado de lado su demanda de que el rector Octavio Castillo Acosta, deje el cargo, así como lo hizo ya la directora del Instituto de Artes (IDA), María Teresa Paulín Ríos, cuya actitud represora contra el alumnado detonó la protesta que ha derivado en un paro generalizado de actividades.
La movilización y las demandas de los alumnos que buscan acabar con los abusos en contra de los estudiantes, transparencia en la elección de sus autoridades, directivos y líderes estudiantiles, podrían concluir con la claudicación de los autoridades universitarias, pero eso no pondrá fin a cuatro décadas del control que han ejercido los hermanos Sosa Castelán, encabezados por si líder Gerardo, quien en ese lapso de tiempo ha pasado de dirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEUH), hasta llegar a la rectoría y convertirse en la cabeza del denominado grupo Sosa, motejado por el periodista Miguel Angel Granados Chapa, como La Sosa Nostra.
Ya se irá viendo el rumbo que toma esta histórica movilización, que provocó la terquedad de las autoridades universitarias de sostener a uno de los suyos, ignorando las demandas de los alumnos.
