Sequía y escasez de agua, un problema de todos

Por Carlos Camacho

Las cinco principales presas de Hidalgo, registran un 49.90 por ciento de su superficie cubierta de agua, mientras que, en esta época de estiaje de los 84 municipios de la entidad, 14 presentan una sequía extrema, 36 presentan sequía severa, 28 están en sequía moderada y tres más anormalmente secos; campesinos de Chililico, municipio de la Huasteca, retuvieron a funcionarios estatales en demanda de abasto de agua.

Estos son algunos aspectos que genera la falta de agua en territorio hidalguense debido a la falta de lluvias y otros factores que no permiten que la ciudadanía cuente con el vital líquido en sus viviendas o en sus sembradíos, lo que genera descontento social.

No es consuelo, pero el problema se extiende al país y los expertos afirman que las 210 grandes presas de México están por debajo del 30 por ciento de su capacidad de embalse y si para el 30 de octubre no llueve (cuando termine la temporada de huracanes), se prevé que el 2024 será un año de intensa sequía que afectará la producción pecuaria (que ocupa el 70 por ciento de la disponibilidad de agua) y el suministro a ciudades y zonas industriales.

Por lo pronto, el 80 % del territorio nacional se ve afectado por la sequía.

En Hidalgo, los municipios de Alfajayucan, Chapantongo, Chilcuautla, Huichapan, Ixmiquilpan, Jacala de Ledezma, Nicolás Flores, Nopala, Pacula, Tasquillo, Tecozautla, Tepetitlán, Tula de Allende y Zimapán, están encondiciones de sequía extrema.

Mientras que  Agua Blanca de Iturbide, Emiliano Zapata y San Bartolo Tutotepec, están anormalmente secos.

Huejutla, Tlaxcoapan, Zacualtipán, Juárez Hidalgo, La Misión, San Agustín Tlaxiaca, Tepeji del Río, Jaltocán, Ajacuba, Francisco I. Madero y Tlahuelilpan, son algunos de los 36 municipios en condiciones de sequía.

Otros como Pachuca, Mineral de la Reforma, Tulancingo, Tepeapulco, Zempoala y Actopan, sufren sequía moderada.

La sequía se debe, entre otras cosas, dicen los expertos, a la pérdida de áreas naturales y el uso desmedido de combustibles fósiles, además de una ineficiente gestión ante la pérdida de disponibilidad de agua.

Para nuestra clase política parece no ser un asunto de seguridad nacional el cuidado del agua, lo que se refleja en el presupuesto que se proyecta para el próximo año, que será de 62 mil 985 millones de pesos, cinco mil 500 menos que este año y de ese presupuesto calculado para el 2024, 55,400 millones se irán a infraestructura y 9 mil 478 millones a infraestructura hidráulica.

De esas provisiones el 48 % se destinrá al parque ecológico del Lago de Texcoco, en el polígono antes destinado al frustrado aeropuerto que supliría al de la Ciudad de México.

La mitad del agua que se destina a las ciudades en el país, se pierde en las redes y sólo se cobra el 50 %.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) apenas recupera 25 centavos de cada peso que despacha.

En Pachuca, el gobierno del estado anunció inversiones por 570 millones de pesos para infraestructura hidráulica, que incluye la reposición de parte de la red de distribución que tiene una antigüedad promedio de 30 años, además de la perforación de seis pozos para fortalecer la dotación del vital líquido en la zona metropolitana.

Sin embargo, hace falta más cultura del cuidado del agua, no sólo en las autoridades, también en los ciudadanos, de los que algunos prefieren robarse el agua que pagarla.

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