Auto sacudida en el PRI

Por Carlos Camacho

Desde la semana pasada se cocinaba ya la renuncia de varios priistas, todos ellos, leales al ex gobernador Omar Fayad Meneses, quien el martes 13 de este mes, anunció su salida y alentó la de quienes aún confían en él y lo seguirán en una aventura política incierta, de cara a las elecciones del próximo año.

El viernes pasado, entre broma y veras, Fayad Meneses se refería a Julio Valera Piedras, como “ex presidente” y anticipaba una salida colectiva de priistas, derivado todo ello del proceso interno del PRI para elegir a su candidato a gobernador, para los comicios del año pasado, y por el enojo que les provocó no haber podido integrar el Consejo Político Nacional, con una planilla encabezada por el propio Fayad Meneses, a quien sus malquerientes le atribuyen la derrota de junio del 2022, para darle paso a la alternancia encabezada por el candidato de Morena, Julio Menchaca Salazar.

Fueron los ocho diputados locales y 18 integrantes del comité directivo estatal, encabezado por su hasta hoy presidente, Julio Valera, quienes dijeron estar “contra la simulación que se promueve desde la dirigencia nacional”.

Su decisión también obedece, leyó el propio Valera Piedras, al rechazo al rumbo que ha tomado el PRI en los últimos cuatro años, y criticó que las acciones de la dirigencia nacional “han echado abajo el trabajo de muchos priistas”.

Lo cierto es que el PRI ha venido en picada desde el 2018, cuando en Hidalgo perdió senadurías, diputaciones federales y la mayoría en el Congreso local; en el 2021, se animó un poco al recuperar presidencias municipales y el año pasado, alcanzó ocho espacios en el Congreso local, que este año le toca presidir precisamente al PRI, con Julio Valera a la cabeza.

Pero, lo que vino a hundir más al tricolor, fueron los pleitos entre Alejandro Moreno Cárdenas con el entonces gobernador, pues el primer impuso como candidata de la alianza “Va por Hidalgo” a Carolina Viggiano, contra la pretensión de Fayad Meneses, de colocar a su “delfín”, Israel Félix Soto.

Pleito que se acentuó con la maniobra para impedir que la planilla de Fayad Meneses, ganara espacios en el Consejo Político Nacional.

Hay que sumar a este entorno, las disputas del campechano con el senador Miguel Angel Osorio Chong, a quien removieron de la coordinación de la bancada tricolor en el Senado de la República y con eso le restaron fuerza política.

Todos estos ingredientes y la lealtad a Omar Fayad, derivó en la renuncia colectiva de hoy, que ha generado diversos comentarios de los propios priistas, como el del ex gobernador Francisco Olvera Ruiz, quien dijo que en tiempos de incertidumbre y “cuando esperaríamos que la responsabilidad y seriedad de quienes ocupan espacios públicos o de partido, cumplieran con el compromiso que hicieron con quienes les dimos el voto o el apoyo a través de los órganos del partido

“…Hoy queda hacer el balance de los resultados de quienes se van. Hagamos entonces esa valoración y de ahí saldrá, hasta dónde debemos lamentar realmente, esta “renuncia”. Cuando se toca fondo, sólo queda avanzar hacia arriba”.

La cascada de comentarios va en ambos sentidos, a favor y en contra de quienes hoy decidieron saltar del barco que parece ir en picada y no se ve de qué forma salga a flote y se convierta en una opción política para sus militantes y los ciudadanos que simpatizan con esa opción, si es que todavía los hay.

Cierto es también que esta desbandada, como anunció el propio Fayad Meneses, facilita el trabajo a quienes tomarán la estructura formal del partido, que hoy quedó desmantelado, con la salida de 18 de sus funcionarios estatales.

Eso sí, los ocho diputados locales renuncian a su militancia partidista, pero no a la dieta y ahora se convertirán en un grupo legislativo independiente.

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