Por Carlos Camacho
La imagen es impresionante, en el embalse de la laguna de Metztitlán, yacen miles de peces moribundos debido a la sequía que acabó totalmente con el embalse de unas 800 hectáreas y que en tiempos “normales” da vida a la vega de la región, en la que se producen diversas hortalizas, maíz y crecen decenas de nogales y de la que dependen cientos de familias de la región.
La ausencia de lluvias has provocado una sequía severa en diversos puntos de la entidad y en esa región considerada un vergel de Hidalgo, ha dejado sin sustento a decenas de pescadores para quienes el gobierno ya prepara ayudas extraordinarias, como informó ayer el gobernador Julio Menchaca Salazar.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua), reconoció que es la segunda vez en cinco años, que se seca la laguna, lo que ha provocado un desajuste en las actividades agrícolas y piscícolas de los lugareños.
Paradojas de la vida. En 1989, las fuertes y constantes lluvias en la entidad, provocaron inundaciones en la laguna, donde el nivel del agua alcanzó los 12 metros de altura y tapó literalmente decenas de viviendas, varias de ellas de dos pisos, construidas en la ribera de la laguna.
Hoy, la escena es diametralmente opuesta y es el resultado de la ausencia de lluvias, lo que en las zonas metropolitanas también provoca desabasto en viviendas, empresas y comercios,. A grado que el sector empresarial ha planteado el uso de aguas tratadas para el consumo diario, en lugar del agua potable que recibían cotidianamente.
La misma Conagua, reporta una baja en los principales embalses de la entidad, que en promedio están al 54 % de su capacidad. Por ejemplo, la presa Taxhimay, está al 54 %; la Endhó, a 57.4 %, pero la Requena, está al 21 % y la Vicente Aguirre, al 18.9 %.
El gobernador Julio Menchaca habló de echar mano de la tecnología para resolver el problema de la sequía y respecto de la posibilidad del bombardeo de nubes para provocar lluvias, aunque al mismo tiempo reconoció que este será un año difícil en términos de abastecimiento de agua y de reducir los niveles de sequía que presentan varios municipios de la entidad.
En la zona metropolitana, que incluye a la capital del estado, la escasez ha provocado movilizaciones de colonos para exigir la regularización del abasto y el no abuso en el cobro por el servicio, pues a pesar de que el agua no llega a sus domicilios, los cobros no bajan y los recibos llegan puntuales, con la amenaza de que si no se paga en la fecha límite, se corta el suministro y el usuario deberá pagar la reconexión.
